Una de las emergencias más graves declaradas en un vuelo de Vigo, la del turbohélice de Swiftair operado por Air Europa que tuvo que volver a Barajas nada más despegar tras incendiarse un motor por la rotura de una pieza de la turbina, en junio de 2013, tiene ya explicación oficial. Y, aunque terminó solo en un susto, la Comisión de Investigación de Accidentes e Incidentes de Aviación Civil (CIAIAC) dependiente de Fomento le ha dado un "tirón de orejas" al comandante por haberse equivocado de pista y dirigirse hacia una que estaba configurada para despegues. Este fallo obligó a los controladores - "sorprendidos" por la maniobra, como se recoge en el informe final- a reaccionar de forma urgente y frenar el tráfico en tierra en cuestión de segundos para permitir este aterrizaje de emergencia y evitar males mayores.

"El comandante dio más prioridad a las comunicaciones que al control de la aeronave y su trayectoria. El hecho de experimentar una situación de indicación de fuego a bordo que se extiende durante un tiempo largo (2 minutos y 26 segundos) facilitó que se viera dominado por el estrés [...]. La urgencia de realizar la maniobra lo antes posible provocó en la tripulación una pérdida de la conciencia situacional que les llevó a confundir la pista de aterrizaje", expone la CIAIAC.

En su apartado de conclusiones, además de advertir que este error se produjo por una "incorrecta gestión de los recursos de la tripulación y falta de adherencia a los procedimientos de emergencia", recomienda a Swiftair que elabore un plan específico de instrucción y supervisión que permita garantizar que sus tripulaciones llevan a cabo los procedimientos de forma "estricta".

¿Qué ocurrió ese día?

En el turbohélice que salió hacia Vigo con 69 viajeros y 5 tripulante saltó la alarma de fuego en un motor nada más despegar de Barajas. Fueron minutos de mucha angustia, según reconocieron entonces los viajeros, que vieron como un motor se paraba y salía humo de él. Y, según se recoge en el informe de la CIAIAC, comandante y piloto también pasaron un mal trago. "Reconocieron el estrés (nervios) que les había supuesto la situación", se apunta en el documento oficial.

El turbohélice de Vigo que aterrizó de emergencia en Barajas en 2013 rozó la tragedia. FDV

Aunque Aviación Civil alerta de varios errores en el procedimiento de emergencia y critica que en cabina viajara un tercer tripulante "extra" -lo que contraviene el manual de operaciones- este piloto fue clave para subsanar el grave despiste que tuvo el comandante del que, sin embargo, se destaca su "pericia" a la hora de corregir su error y tomar tierra sin mayores consecuencias.

Sorpresa en la torre de control

Los controladores le asignaron la pista 32L (configurada para aterrizajes). Y el comandante inició las maniobras de forma visual. Pero la "urgencia por aterrizar" le jugó una mala pasada y enfiló la pista equivocada. Fue precisamente el tercer tripulante que no debía ir en la cabina el que se percató casi in extremis del error. "A las 16.20 horas el comandante comentó sorprendido que había un tráfico en la pista [...]. Tras 12 segundos de confusión, fue el tripulante adicional el que se dio cuenta de que la pista hacia la que se dirigían era la 36L", relata la CIAIAC. Lo que veían era un avión de Iberia posicionado para iniciar el despegue. Detrás de él, venían un Air Europa y un Ryanair. En ese momento, y cuando estaban sobrevolando a baja altura el pueblo de Barajas, el pilotó comenzó la denominada maniobra de "aproximación frustrada" para abortar el aterrizaje. Al mismo tiempo pidió a su copiloto que pidiera autorización para aterrizar en la pista que estaban ya enfilando de forma errónea.

Pieza de la turbina que se rompió y causó el fuego CIAIAC

La rápida respuesta de los controladores, que se habían percatado segundos antes de la extraña trayectoria que llevaba el aparato y que por un momento pensaron que iba a aterrizar en la pista de rodadura, fue clave. Tardaron apenas 10 segundos en frenar el tráfico en tierra y autorizar al turbohélice que realizara una toma larga para esquivar los aviones que estaban ya en pista. "Todo el personal presente en la torre quedó sorprendido por la maniobra y se empezó a comentar en voz alta que se tenían que parar todas las salidas por la pista 36L [...]. La aeronave sobrevoló los hangares de mantenimiento de Iberia pasándolos bastante cerca [...]. Hizo varios virajes bruscos a la altura de la torre de control y pasó muy cerca de las aeronaves establecidas en el punto de espera", se explica en el citado documento sobre lo manifestado por los trabajadores de la torre de control.

Situación inusual

La situación fue tan inusual que uno de los controladores reconoció que nunca había visto a una aeronave aterrizar en esa pista ya que -se cita en la investigación- "no está diseñada para ello al no garantizar el franqueamiento de obstáculos".. Y agrega: "Lo que le resultó sorprendente es que decidiese aterrizar en esta pista sin notificarlo desde el principio, con lo que se podría haber realizado la coordinación sin sobresaltos".

Pese al gran susto y las equivocaciones de la tripulación, el aparato logró tomar tierra sin que hubiera que lamentar ningún herido. Esta situación -se recoge en el estudio- llevó a Swiftair a incluir un escenario de emergencia similar a éste en sus simuladores de entrenamiento.