Los pupitres y laboratorios de la Escuela de Telecomunicación volverán a acoger a sus antiguos ocupantes durante un encuentro organizado con motivo de una doble efeméride: los 25 años de la primera promoción y el trigésimo aniversario del centro. La cita toma prestado el nombre de su popular patrón, San Teleco, al que añade un significativo XL, ya que el encuentro del próximo sábado día 24 está abierto a todas las generaciones que hincaron los codos en sus aulas y también a sus familiares, incluidos los más pequeños, que podrán disfrutar de talleres de robótica o aprender a utilizar una cámara termográfica.
"La idea es original y está gustando mucho. En lugar de una típica cena de antiguos alumnos queríamos organizar algo que los atrajese de nuevo a la escuela. Por eso, además de un acto académico en el que intervendrán miembros de las distintas promociones y que incluirá divertidos sketch de la compañía Butaca Zero los asistentes disfrutarán de una visita a sus antiguas aulas y también a los laboratorios, para que conozcan qué proyectos se están haciendo en la actualidad. De aquí pueden salir incluso colaboraciones con empresas e instituciones donde ahora trabajan los ingenieros", destaca Íñigo Cuiñas, director de la escuela.
Los ex alumnos tendrán la oportunidad de mostrar a sus familiares las dependencias de la escuela en la que pasaron su juventud y vivieron muchas anécdotas. "Los telecos tenemos un punto friki simpático y solemos bombardear a nuestras parejas e hijos con lo que hicimos en la Universidad. Después de haber sufrido nuestras batallitas ahora podrán disfrutar de una reunión diferente", añade entre risas Cuiñas, que se licenció en la escuela en el 96.
Mientras los veteranos relatan sus experiencias como miembros de la delegación de alumnos y organizadores del San Teleco, los jóvenes visitantes participarán en talleres relacionados con las distintas líneas tecnológicas de la escuela. Los más pequeños se acercará a la robótica y la programación, mientras que los de mayor edad podrán utilizar una cámara termográfica, montar los circuitos de un micrófono o conocer las aplicaciones de la visión artificial. "Queremos que sean actividades en las que puedan pensar y manejar cosas. Y quizá se despierten vocaciones", apunta el director.
Tras revivir sus años mozos y encontrarse con los compañeros de estudio y también de vida nocturna universitaria, los antiguos alumnos y sus familias se reunirán en el comedor de la escuela para una comida de celebración.
Más de 60 inscritos
La dirección del centro todavía está cerrando los nombres de los ingenieros que contarán sus vivencias y de los profesores voluntarios que abrirán las puertas de sus laboratorios. Por el momento, ya se han inscrito alrededor de 60 personas en el encuentro. "Está funcionando el boca a boca y también las redes sociales y confiamos en superar el centenar. Al principio, fijamos una edad límite de 30 años, pero también pueden asistir alumnos más jóvenes", señala Cuiñas.
La escuela volverá a vivir una jornada de fiesta tras la reciente celebración del San Teleco, que este año incluyó un amplio cartel musical. "Los estudiantes han trabajado muchísimo y tanto ellos como la dirección estamos muy satisfechos. Da pena que a veces se asocie solo al botellón en las televisiones nacionales, pero va ganando carácter como romería popular con actividades culturales, solidarias y deportivas en las semanas previas", reivindica Cuiñas.
La escuela estuvo punto de cerrar matrícula antes del verano para su trigésimo curso. "De las 150 plazas cubrimos alrededor de 145. Es lo ideal para que los alumnos asistan a clase desde el principio", celebra.
