A lo largo y ancho de la ciudad hay ya más de cuatro kilómetros de carriles bici habilitados, sin embargo su utilidad deja mucho que desear, ya que no tienen continuidad, lo que impide cubrir grandes trayectos dentro de Vigo. Se trata del de Coia, de apenas 1,5 kilómetros y que nace en Plaza de América y muere en Tomás Paredes; el de Bouzas, que rodea la terminal de transbordadores a lo largo de más de 2 kilómetros; y el de Julián Estévez, de apenas 500 metros.

Al menos dos de estas sendas, la de Coia y Julián Estévez, forman parte del ambicioso plan municipal de conectar Teis con Samil y quedarán unidos al eje Isaac Peral-Plaza de América que se pondrá en marcha el próximo año. El de Bouzas tendrá que esperar hasta que se desarrolle una senda similar por Orillamar y que también está en estudio.