La puesta en marcha del Hospital Álvaro Cunqueiro "vaciará" más de 83.000 metros cuadrados de patrimonio público. Una vasta extensión repartida en cinco edificios -el Hospital Xeral, el Policlínico Cíes, los centros de especialidades de Coia y A Doblada y el Psiquiátrico Rebullón- que afronta un futuro incierto, a la espera de que la Administración les asigne nuevos usos. Entre esas construcciones, historiadores y arquitectos de Vigo distinguen dos de forma especial -el Xeral y Cíes- por su valor patrimonial y urgen que se les reasignen usos para "evitar una nueva Panificadora". Médicos y vecinos piden también que se aprovechen los restantes centros cuya actividad se trasladará al Álvaro Cunqueiro. Unos y otros temen que se eche el candado a los inmuebles y que la clausura acabe por estropearlos.

El Xeral abrió sus puertas en 1955 con el nombre de Residencia Almirante Vierna. Tras sucesivas modificaciones que han alterado su valor arquitectónico, en la actualidad su superficie es de 54.326 m2, de los que solo permanecerá operativo el Anexo II. "En su momento fue una de las mayores estructuras de hormigón armado de toda España", explica el arquitecto e historiador Martín Curty, quien propone "como primera medida recuperar la estructura" original de los 50. "El Xeral es un edificio emblemático, cargado de historia y no debe terminar abandonado", abunda el historiador del arte Xosé Ramón Iglesias Veiga, autor de una prolífica obra sobre patrimonio local.

La postura es similar en el caso del Cíes, proyectado por el arquitecto vigués Xosé Bar Boo y abierto en 1967. Con la reordenación de la atención hospitalaria los servicios que acoge se trasladarán al Hospital Meixoeiro. "Es un edificio muy significativo y emblemático que marcó un hito en la ciudad", explica Iglesias Veiga: "Su valor es importantísimo". El arquitecto Jaime Garrido -autor, entre otras muchas obras, de Vigo, la ciudad que se perdió- reivindica también el valor del inmueble, así como el del Xeral, e insiste en que "se pueden recuperar para otros usos". Garrido propone lanzar un concurso de ideas para aprovechar los edificios que queden disponibles. "No se pueden dejar vacíos porque sufrirían un deterioro; se les pueden buscar muchas funciones".

A modo de ejemplo el autor de Vigo, arquitectura urbana o El origen de Vigo. El monte de O Castro y su castillo recuerda el caso del Museo de Arte Contemporáneo (MARCO), que alberga el mismo edificio que en su día sirvió de juzgados y cárcel de Vigo. Esa reutilización salvó a uno de los inmuebles más característicos del casco urbano. En opinión de Garrido, la ubicación céntrica del Hospital Xeral o el Cíes los hace óptimos sin embargo para mantener un uso sanitario.

El historiador y presidente del Instituto de Estudios Vigueses (IEV), Xoan Carlos Abad, recalca que "sería un absurdo abandonar esos edificios", que destacan por su valor arquitectónico, histórico y también por su huella en la crónica reciente de la ciudad. El responsable del IEV plantea también abrir "una reflexión profunda" sobre la utilidad que se pueda dar a los inmuebles una vez se consume el traslado de sus funciones al nuevo centro de Beade. "En Vigo se han perdido joyas de la arquitectura ante la indiferencia total", subraya Iglesias Veiga. Para él es pertinente encarar el debate de "qué quiere una sociedad de su patrimonio".

Uso social a las instalaciones

Tanto arquitectos como historiadores recalcan la importancia de darle un uso a las insfraestucturas que ahora quedan desprovistas de servicios. Los facultativos que en ellos trabajaron y asociaciones sanitarias ven con buenos ojos la idea de la utilidad, pero van un paso más allá.

El antiguo jefe de Medicina Interna del Xeral, César Martínez asegura que "otorgarle un servicio sanitario sería lo correcto, ya que las últimas reformas que se llevaron a cabo en él así lo permiten". Para el facultativo, una solución al no abandono de la Torre sería emplearla para servicios puntuales. "Cuando sea temporada de gripe u otra dolencia semejante, el HAC se va a colapsar, y sería correcto que para descongestionarlo se pudiera atender dichos casos en el Xeral, más céntrico, rápido y accesible para todos", recalca Martínez.

En caso de que otorgarle un uso sanitario no sea posible, siempre es preferible atender las necesidades de la sociedad. "Hay que darle un uso social el edificio, nunca especulativo. Otra idea será emplearlo como un centro socio-sanitario, un punto asistencial en el centro sería buena idea y por su tamaño e infraestructura podría ayudar y acoger a mucha gente", añade.

Otro sanitario, en este caso, psiquiatra del Hospital Psiquiátrico Rebullón, Tiburcio Angosto, apoya la iniciativa de ofrecer un servicio socio-sanitario. "Estas atenciones en Galicia no están muy desarrolladas, quizás sería el momento de empezar. Vigo podría iniciar esta iniciativa e igual otras ciudades harían lo mismo. Las instalaciones, al igual que los centros de Coia y A Doblada casi no necesitan de reformas para convertirse en residencias para personas sin techo", comenta el psiquiatra Angosto.

Desde diversos grupos, como la asociación galega por la defensa sanitaria pública, apoyan la medida de darle un uso público a los centros. "Por ejemplo el de Coia puede ser destinado a guarderías y la Torre del Xeral como centro de día. Lo importante es que se haga rápido, sino se producirá su ruina y deterioro", explica Manuel Moreira, miembro de la asociación. -