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El geriátrico de Cluny abrirá en 2017 tras invertir de diez millones

Ballesol inicia en dos semanas el derribo. El geriátrico tendrá 110 plazas y generará 75 empleos

Vista de la futura residencia desde Gran Vía, con el jardín frente a la avenida.

La silueta del antiguo colegio Cluny, en pleno corazón de la Gran Vía, empezará a desaparecer del paisaje urbano en dos semanas para dejar paso al primer geriátrico en Vigo de la empresa Ballesol, actual propietaria del solar, que ya cuenta con todos los permisos municipales para llevar adelante su proyecto. Según fuentes de la firma especializada en gestión de residencias para mayores la inversión total alcanzará los diez millones, sumado el coste de compra de la finca a la Sareb, las obras de construcción y el equipamiento; y la previsión es abrir las puertas del centro entre mayo y junio de 2017. El recinto, con 110 plazas, estará atendido por 75 personas y "todos los empleos serán de nueva creación", indican las citadas fuentes.

El colegio será demolido en su integridad al concluir los técnicos de la comisión del Plan Especial de Edificios a Conservar (PEEC) en dos informes que, a pesar de ser un proyecto del reconocido arquitecto Antonio Cominges, no tiene valor patrimonial o paisajístico de entidad en la escena urbana al haberse realizado tanto en la construcción como en las décadas siguientes grandes cambios sobre el diseño original de 1929. La parcela, de más de 4.200 metros cuadrados, quedará despejada y pasarán a edificarse dos bloques principales paralelos, uno más alargado hacia la Gran Vía y otro con frente a Hernán Cortés. Ambos, con fachada de granito, quedarán unidos por un cuerpo central, formando una estructura parecida a una "H". La edificación de conexión estará revestida de aluminio para dar una imagen "más ligera", según explica el autor del diseño, César Álvarez Arines. La superficie total superará los 5.900 metros cuadrados.

La empresa recibió la licencia de derribo en julio pero ha esperado a tener la de obra, que la Gerencia de Urbanismo concedió esta misma semana, antes de empezar a trabajar en la parcela. La demolición del antiguo colegio se prolongará dos meses, mientras que la construcción de la residencia tiene un plazo de quince. La manzana delimitada por Gran Vía, Luis Braille, Hernán Cortés y María Berdiales experimentará un gran cambio, muy significativo sobre todo desde la avenida ya que la edificación paralela se retranqueará hasta una distancia de 20 metros respecto al cierre del solar. Ese espacio estará ocupado por un jardín de uso privado.

En la planta semisótano se ubicará un aparcamiento con acceso desde la calle Hernán Cortés.

Ballesol, que cuenta con 44 geriátricos en toda España -dos de ellos en Galicia-, compró el solar a la Sareb, el llamado banco malo, al que había pasado el antiguo colegio y la parcela tras la subasta por impago de créditos del anterior promotor, Valery Karpin. El exfutbolista céltico proyectaba una urbanización residencial y comercial pero el Plan Xeral establecía un uso dotacional en la parcela, clasificación que la hace incompatible con el proyecto.

Sobre el centro educativo figura en el Plan Xeral una cautela de protección preventiva a la espera de que el Plan Especial del Ensanche clarificase si era necesario conservar Cluny. Aunque este documento se encuentra aún en proceso de elaboración, Ballesol realizó una consulta a la comisión del PEEC, el instrumento que ahora regula el grado de protección de los edificios de la zona centro desde Areal a Praza de España. Las conclusiones abrieron las puertas a la operación de la residencia. Cubiertos ya íntegramente los pasos administrativos, todo está a punto para la transformación del solar. En las obras trabajará medio centenar de personas, según las susodichas fuentes.

César Álvarez Arines | Arquitecto

"La manzana se completa de forma armónica y habrá un jardín hacia Gran Vía"

El arquitecto César Álvarez Arines, encargado de diseñar la residencia de Ballesol en el solar de Cluny, señala que "la primera premisa del proyecto era completar de forma armónica la manzana delimitada por María Berdiales, Hernán Cortés, Luis Braille y Gran Vía". La disposición de la nueva construcción, en forma de "H" aunque con un brazo más corto al adosarse a los edificios ya existentes de Hernán Cortés, será completamente distinta a la del antiguo colegio, en la que solo la capilla rompe la estructura compacta del inmueble principal.

Los dos nuevos bloques de la residencia conectados por un cuerpo central dejan un patio hacia Hernán Cortés y permiten "el máximo asoleamiento para las habitaciones". Alejar el volumen más cercano a la Gran Vía de la avenida despeja el punto principal de tránsito urbano. "La fachada pasa a una distancia de más de veinte y se crea un jardín con especies autóctonas. Una cuestión que era importante para el Ayuntamiento", agrega Arines.

El arquitecto, que estudió el valor de Cluny, llegó a la misma conclusión que los técnicos de la comisión del PEEC. "No se respetó el proyecto de Cominges desde el minuto uno y quedó desvirtuado. El edificio no responde en absoluto al diseño original", explica.

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