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Castrelos se convierte en el mayor embudo de Vigo con los tráficos al nuevo hospital

El Concello busca ya alternativas contra la saturación entre Arquitecto Palacios y Portanet

Tráfico denso en la Avenida de Castrelos // J. Lores

La apertura del hospital Álvaro Cunqueiro en Beade ha desencadenado la aparición de uno de los puntos negros de tráfico más conflictivos -y de compleja solución- en el casco urbano: los 350 metros de la avenida de Castrelos que separan Arquitecto Palacios (primer cinturón) y la rotonda de Portanet. A los miles de vehículos que circulan ya a diario por este punto hacia y desde Citroën, la Universidad, el Parque Tecnológico de Valladares o el polígono de A Pasaxe, entre otros polos de atracción, se suma ahora el ingente número de movimientos que genera el centro hospitalario que, según estimaciones del Sergas, tiene una afluencia de entre 8.000 y 10.000 personas diarias entre trabajadores, pacientes y familiares. Una buena parte de estos flujos -principalmente los que se generan desde y hacia el centro de la ciudad- deben pasar también por este cruce en Castrelos para enlazar con la avenida Clara Campoamor, desde la que se accede al hospital.

En base a los últimos datos municipales de intensidad de tráfico, entre Arquitecto Palacios y la glorieta de Portanet estarían circulando ahora más de 23.000 vehículos diarios en cada sentido. Prácticamente ningún vial de la ciudad alcanzaría las cifras que soporta este tramo de la avenida de Castrelos, que tendría ya más automóviles que el transitado túnel de Beiramar y prácticamente los mismos que la avenida de Madrid -uno de los principales accesos por carretera a Vigo- o los tramos más congestionados de Gran Vía.

Este problema ha activado las alarmas en el Concello. La Concejalía de Tráfico está ya trabajando en alternativas para tratar de descongestionar este embudo, principalmente en hora punta. Los técnicos municipales han intensificado las mediciones de tráfico y están supervisando los flujos de vehículos para determinar cambios de direcciones, regulaciones semafóricas y otra serie de actuaciones que permitan disminuir las consecuencias del colapso que padecen ahora a diario cientos de conductores en diversas franjas horarias.

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Los peores momentos coinciden con la entrada y salida de los tres turnos de Citroën, en los que trabajan una media de 2.000 personas. Son a las 06.00, 14.00 y 22.00 horas, cuando coinciden en la factoría entradas y salidas de empleados.

Pero la situación también se complica entre las siete y media y las nueve de la mañana, hora punta de desplazamientos hacia la Universidad, el polígono de Valladares, el hospital o, en sentido contrario, con los accesos hacia Vigo de vecinos desde zonas como Beade, Valladares, Vincios o Gondomar y que confluyen al mismo tiempo en estre tramo urbano.

Pero esta congestión que se produce por la existencia de este elevado número de movimientos diarios y regulares, se multiplicará en momentos puntuales, como cuando se celebren partidos en Balaídos en días laborables; con el tráfico hacia y desde las playas en verano; o con los días de mayor afluencia hacia el Centro Comercial Gran Vía.

Otro punto negro es la avenida de Castrelos entre Plaza de América y Arquitecto Palacios. La existencia de un solo carril de bajada provoca que el tráfico sea lento. Esta situación sescomplica con las paradas de los autobuses de Vitrasa, que obligan a frenar constantemente; y con la existencia de multitud de semáforos, que alargan todavía más el trayecto. La alternativa pasa por bajar por Fragoso y entrar a Castrelos por la avenida de Balaídos, pero este "atajo" desemboca también en el embudo.

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