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Adiós a un histórico inmueble vigués

Los dueños del antiguo Cluny obtienen la licencia para construir el geriátrico

Intercentros Ballesol derribará el edificio actual y levantará una residencia en varios bloques con 5.900 metros cuadrados y 110 plazas -La inversión solo en la obra es de 3,3 millones

Recreación de la residencia para mayores desde Gran Vía. // Marta G. Brea/ FdV

El proyecto para edificar un geriátrico en el céntrico solar del antiguo colegio Cluny ya tiene licencia municipal. La Gerencia de Urbanismo ha concedido el permiso de obras a la empresa Intercentros Ballesol, que promueve en la amplia parcela de Gran Vía una residencia con 110 plazas en bloques de cinco plantas conectados entre sí. En julio la empresa ya había obtenido la autorización para derribar el inmueble proyectado por Antonio Cominges en 1929 tras concluir los técnicos de la comisión del Plan de Edificios a Conservar que carece de elementos de valor que obliguen a protegerlo. Por ahora sigue en pie aunque será demolido en su totalidad.

Ballesol, que cuenta con 44 geriátricos repartidos por toda España, dos de ellos en Galicia, tiene ya vía libre para acometer la operación, con lo que el destino del solar de Cluny es ya definitivo tras 15 años de abandono, dos proyectos para construir una urbanización residencial y comercial frustrados, y una subasta de la propiedad por deudas del anterior promotor, el exfutbolista Valery Karpin, lo que dejó el antiguo colegio en manos de la Sareb, conocida como el banco malo. La empresa especializada en residencias para mayores compró el solar en 2012 y ahora dispone de todos los permisos para levantar su primera residencia en Vigo.

El proyecto, redactado por César Álvarez Arines y María del Carmen Gallego Montes, supone una profunda transformación en la parcela del número 10 de Gran Vía, que limita también con María Berdiales y Hernán Cortés. La residencia se dividirá en tres bloques, y las edificaciones se alejarán de Gran Vía, donde se abrirá una zona ajardinada de uso privado. La fachada del viejo colegio está a diez metros de la avenida mientras que el bloque alargado de cinco plantas se situará a una distancia de veinte.

Otro de los cuerpos de la edificación, con frente hacia Hernán Cortes, alcanzará las siete plantas por el desnivel del terreno. Los semisótanos se destinarán a aparcamiento. La parcela de Cluny tiene una superficie de 4.221 metros cuadrados y el geriátrico alcanzará los 5.900.

El presupuesto de la obra es de 3,31 millones de euros, a los que se sumarán los 65.000 del derribo. La inversión total en la futura residencia será muy superior sumando todos los costes hasta completar la puesta a punto para la apertura. Se estima en torno a nueve millones.

El edificio permanece abandonado desde que en 2000 la congregación religiosa trasladó su centro educativo a la Carretera Provincial. Previamente había firmado un convenio con el exalcalde Manuel Pérez que permitía transformar la parcela en residencial. La empresa Inversiones Canaima la compró y sufragó el nuevo colegio, pero su plan para construir viviendas allí fue tumbado por el Concello, que defendió que el edificio debía conservar su uso dotacional. Karpin adquirió después la propiedad pero su proyecto residencial y comercial tampoco tuvo éxito.

El Plan Xeral incorporó una cautela de protección sobre el edificio de Cluny y dejó la decisión definitiva sobre su grado de conservación en manos de la Comisión de Seguimiento del Plan Especial de Edificios a Conservar (PEEC). En dos informes sus técnicos concluyeron que apenas se ve la huella de Cominges en el inmueble ya que el proyecto original fue desvirtuado y sucesivas obras posteriores todavía le restaron más valor.

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