La construcción de la nueva terminal de cruceros de Lisboa arranca en un mes. Lisbon Cruise Terminals (LCT), el consorcio concesionario del futuro complejo, adjudicó la obra a la empresa Alves Ribeiro con una oferta valorada en 23 millones y el compromiso de concluirla en primavera de 2017. A partir de este momento, LCT aspira a duplicar en diez años el movimiento actual de cruceristas, de 550.000 anuales. Un objetivo que expertos consultados por este periódico vaticinan que beneficiará a Vigo, escala habitual de los cruceros que cubren las rutas por Europa, y parada natural de los que proceden o van hacia Lisboa, de ahí la alianza estratégica que sellaron recientemente ambos puertos.
Nada más firmar este miércoles el contrato con Alves Ribeiro, el consorcio LCT, en un comunicado divulgado por la agencia Lusa, anunció que la construcción se iniciaría de inmediato "previéndose la conclusión en el plazo de 14 meses y medio". La nueva terminal se levantará en el ámbito ribereño próximo a la estación ferroviaria de Santa Apolónia. Su diseño es obra de João Luís Carrilho da Graça, ganador de la convocatoria a la que se presentaron relevantes arquitectos europeos, entre ellos, el español Guillermo Vázquez Consuegra, autor de varias actuaciones del proyecto "Abrir Vigo al Mar". Carrilho concibió un espacio "diáfano amigo del ambiente", así en la actuación propuesta destacan más los espacios verdes que el cemento. Los 13.000 m2 de superficie útil del edificio principal, además de las dotaciones necesarias para atender la escala múltiple de cruceros -hasta cuatro a la vez-, incluirá una cafetería, restaurante y hasta una pequeña área comercial básicamente destinada a servicios de interés para el pasajero, como correos o farmacias.
"Si Lisboa hace un esfuerzo promocional para captar mas cruceros Vigo sale beneficiado colateralmente porque estamos en su área de influencia", afirma el experto Félix González, editor de la web Infocruceros.com. E incide en la trascendencia de las empresas que integran el consorcio promotor LCT, como la armadora Royal Caribbean (propietaria de los mayores trasatlánticos del mundo como el Oasis y Anthem of the Seas) y la operadora de la terminal de pasajeros en la Ciudad Condal, Creuers Del Port de Barcelona. "Si Royal participa en Lisboa tendrá mayor interés en que barcos de su grupo hagan escala en Vigo, y también podría aumentar las frecuencias aquí de los buques de sus marcas Celebrity y Azamara, que hasta ahora se dejan ver ocasionalmente por la costa atlántica", razona González.
Durante los 35 años de concesión, LCT pagará cada año a la Administração do Porto de Lisboa un canon fijo de 300.000 euros y una tasa de 0,22 euros por pasajero en concepto de servicios portuarios aparejados a la escala del buque, como pilotaje y amarre. Según el organismo portuario, el gasto medio del crucerista en Lisboa ronda una media de 97,40 euros.
