El tobogán de Samil se convertirá en cuestión de días en un recuerdo del pasado. Una cuadrilla de tres operarios inició ayer los trabajos para desmontar la estructura, que luce en la playa desde hace cerca de tres décadas. Senén Pérez Laiz, fundador del restaurante gestionado por la empresa Hostelería Samil Playa, explicaba ayer que las labores se prolongarán más de una semana. En el proceso participarán operarios y una grúa.

"Es un símbolo de Vigo por el que han pasado tres generaciones durante cerca de 30 años", apuntaba ayer Pérez Laiz, quien insiste en que el tobogán es seguro. La empresa se ha decidido a retirarlo, sin embargo, tras detectar la Concellería de Patrimonio que la estructura carecía de licencia municipal y alegar que su estado entraña "un posible riesgo de seguridad". Por esa razón el tobogán permanece cerrado desde agosto del año pasado.

Aunque la empresa defiende que no entraña ningún riesgo para los usuarios, ayer inició las obras de desmontaje, cuyo coste estima en cerca de 3.500 euros. En caso de que la firma se negase a desinstalar la estructura lo haría el Concello, que después le reclamaría el coste de la operación -que valora en 17.000 euros-.

"La estructura está impecable", insiste Pérez Laiz, quien apunta que el material se aprovechará. Según el empresario, la desaparición del tobogán supondrá también el fin de seis puestos de trabajo. "Había personal dedicado a la seguridad, el socorro, los recambios y el mantenimiento", argumenta.