La Sección Quinta de la Audiencia Provincial de Pontevedra, con sede en Vigo, celebrará la próxima semana el juicio contra Jorge Juan M.G., acusado por el fiscal de haber cometido delitos continuados de falsificación de documento mercantil y de estafa, así como de apropiación indebida en la sociedad que fundó en abril de 2003 junto a Andrés M.S. para la búsqueda de terrenos para una empresa mayorista de distribución alimentaria. El Ministerio Público pide ocho años de cárcel y que indemnice a M.S., con 2,9 millones.
Según el relato que la fiscalía dirige al juzgado que instruyó este caso, el número 1, ambos se conocieron en 2002 en Vigo. Jorge Juan, administrador único de Consulting Inmobiliario Inmovivienda, se presentó como agente de la propiedad inmobiliario "lo cual no era cierto" -según la Fiscalía- ofreciéndose a Andrés, dedicado profesionalmente a obtener suelo para el asentamiento de empresas, a conseguir terrenos para una mayorista de distribución alimentaria interesada a su vez en instalar uno de sus establecimientos en Vigo. Jorge Juan propuso adquirir fincas ubicadas dentro del Plan Parcial del Polígono II de Baruxáns (Bembrive), así como a gestionar la financiación necesaria para ello, "dadas las facilidades que manifestaba tener con los bancos".
Pusieron en marcha el negocio, en ese momento, "verbalmente", repartiéndose "a partes iguales el beneficio". Entre octubre de 2002 y marzo de 2003, y con el fin de obtener un beneficio económico, Jorge Juan "envió en sucesivas ocasiones a Andrés fotocopias de los contratos que supuestamente iba celebrando con distintos titulares de fincas en Baruxáns, en virtud de los cuales cada vendedor vendía su finca a Consulting, que en ese momento pagaba a cada uno de ellos un 10% del precio total pactado", según el fiscal. El resto lo pagarían al firmar la escritura, hecho que se produciría a los 18 meses. En vista de las copias recibidas, y confiando plenamente en Jorge Juan, Andrés hizo aportaciones por un valor final de 611.800 euros. Y como en apariencia el negocio avanzaba, ambas partes se asociaron formalmente en abril de 2003.
Pero un año después Andrés comienza a sospechar. Y tras analizar cuentas de Consulting descubre, siempre según el fiscal, que su socio "se había apartado de sus compromisos" con él, "prácticamente desde el principio, y que había dispuesto en su particular beneficio una importante suma de dinero, destinándola a gastos propios y a otra sociedad suya, de nombre similar, Inmobiliaria Vigo Vivienda".
