En la que fue su primera aparición pública tras la masiva manifestación por las calles de Vigo en la que se exigió su dimisión, la conselleira de Sanidade se mostró ante el Parlamento "segura de las decisiones tomadas", garantizo de forma reiterada la "seguridad" del nuevo hospital y tildó de "irresponsables" esta movilización y las denuncias de diferentes colectivos por realizarlas "en pleno traslado". La oposición reprendió a Rocío Mosquera por "no escuchar el clamor" de una "movilización histórica", censuró el "caos" generado con su gestión y exigió su marcha por convertir el Álvaro Cunqueiro en "negocio para sus amiguetes". La sesión fue bronca y, tras tres llamadas al orden, la diputada socialista Carmen Acuña fue expulsada.

"En pleno proceso de traslado, no parece responsable organizar manifestaciones, presentar pleitos ante Europa, solicitar por vía judicial la paralización del traslado o pedir la evacuación del centro", reprochó Mosquera en su comparecencia. Entiende que "hubo tiempo antes y lo habrá luego". Chelo Martínez, diputada del grupo mixto le pidió "un poco más de respeto a la inteligencia de este pueblo" y añadió: "La ciudadanía de Vigo no es estúpida y manipulable". Eva Solla, de AGE, también le recordó las numerosas movilizaciones previas.

Mosquera defendió el Álvaro Cunqueiro como "el mejor hospital de Galicia en este momento" y con "la mayor capacidad y potencialidad" de los construidos en los años de "recesión" en España. Uno de los principales objetivos de sus ataques fue el Concello de Vigo por su "absoluta falta de apoyo". Aplaudió la planificación del traslado, destacó el aval que recibe por los jefes de servicio y puso el aplazamiento de la recta final como un ejemplo de que se prioriza la seguridad del paciente. Calcula que se ha ejecutado el 75% de la mudanza, "sin incidencias". Pidió "disculpas" y "compresión"a los usuarios por "los posible errores" y resaltó que el contrato prevé penalizaciones por las deficiencias. Horas antes, la Gerencia del área viguesa señaló que aún no se había puesto ninguna porque son "análisis complejos". De cara a la reanudación del traslado el lunes, asevera que "las necesidades asistenciales y tecnológicas" de los pacientes están "garantizadas".

Informó de que Inspección Sanitaria abrió tres investigaciones por el caso de la fallecida con aspergillus: una, finalizada, que concluye que la UCI cumple la normativa; otra por la discrepancia entre el foro de jefes de servicio e intensivistas sobre donde pudo adquirir el hongo; y una tercera, por la "filtración" de datos de esta paciente que, advirtió, "es un delito".

Mosquera insistió en asegurar el carácter "público" del Álvaro Cunqueiro y considera "estéril" el debate sobre la privatización de servicios. Argumenta que se optó por un modelo de colaboración público privada para construirlo y gestionarlo los servicios no clínicos como única solución en "el peor escenario económico conocido" -"Era hacerlo o no hacerlo", enfatizó- y para tenerlo "en el menor tiempo posible". Sin embargo, no justificó las prórrogas concedidas.

El diputado socialista Abel Losada calificó de "inmoral e inhumano" el "capitalismo de amiguetes del PP aplicado a la sanidad". Lamenta que "el negocio privado meta bocado en el hospital de Vigo". Ve "obsceno" el margen de beneficios del "10%" que tiene Acciona -principal empresa de la UTE concesionaria- y reprueba que la Xunta le "buscara financiación en el Banco Europeo de Inversión".

Montse Prado, del BNG, acusó a Mosquera de querer "cargarse la sanidad pública" y entiende que "si se mantiene en pie es por los profesionales". Destacó que "hay una alarma generalizada" ante la que la conselleira es "impermeable" y leyó diversas denuncias del propio personal sanitario.

Para Eva Solla, de AGE, Mosquera es ya "un cadáver político" por su "nefasta gestión" y enumeró las numerosas deficiencias registradas en el Álvaro Cunqueiro. Chelo Martínez, del grupo mixto, le reprochó: "No montó un hospital, montó un negocio para determinadas empresas", le reprochó