Cuando la Coral Casablanca entabló relaciones con el Círculo Mercantil, estos les cedieron un piano. Y este mismo piano ha sido el último miembro de la agrupación musical en abandonar el edificio situado en Príncipe.

Un piano que data del 1966 y con mucha historia entre sus teclas. Acompañó a la Coral prácticamente desde su aparición y sus numerosas restauraciones y vivencias hacen de él un elemento de gran valor sentimental para la fundación, sin olvidar su inigualable sonoridad.

Su destino es el nuevo local de ensayos de la Coral, en el Club de Jubilados de Abanca, cedido por la propia fundación y en que la estarán hasta finales de año.