Hace ya muchos años que en Vigo existía unanimidad en cuanto a la necesidad de que nuestra ciudad tuviera un hospital nuevo, que viniera a resolver las carencias que teníamos en materia sanitaria. En la memoria de todos están las imágenes, repetidas año tras año a lo largo de más de una década, de enfermos en los pasillos de un Hospital Xeral colapsado y con medios insuficientes para atender a los pacientes en tiempo y forma.

Es por este motivo por el que los diferentes gobiernos de la Xunta eran conscientes de que tenían la obligación de poner en marcha la construcción de un nuevo hospital que resolviese estas carencias. Durante el gobierno bipartito, entre los años 2005 y 2009, el periodo de mayor prosperidad económica de Galicia y de mayores ingresos para la Xunta, no se pasó de la elaboración de folletos y maquetas. No voy a entrar a valorar si se trató de incapacidad de gestión, de falta de voluntad o si había otros proyectos en Galicia que consideraban más importantes que el de Vigo, pero la realidad es que, cuando perdieron la confianza de los gallegos en el año 2009, en esta ciudad seguíamos con un problema grave sin resolver. Porque los folletos y maquetas no resuelven los problemas, sólo sirven para hacerse fotos. Por cierto, no recuerdo, durante esa época, manifestaciones del alcalde de Vigo denunciando el intolerable retraso de una obra tan fundamental para la ciudad o exigiendo "de forma inmediata" que el gobierno bipartito sacara adelante el proyecto. Sí recuerdo, sin embargo, muchas fotos y muchas sonrisas en las sucesivas presentaciones de proyectos que acababan siempre en un cajón.

Pero la necesidad existía y cada vez de forma más urgente. Por ese motivo, cuando llegó el actual gobierno de la Xunta en el año 2009 sabía que tenía una obligación y un compromiso que cumplir con todos los vigueses. La situación no ayudaba porque, a diferencia de la anterior etapa, en el año 2009 estábamos ya en una crisis económica muy profunda que provocó un auténtico desplome de ingresos públicos. Pero el compromiso pesó más que los números. Por eso se buscó una vía, también manejada por el bipartito, que ya se había utilizado en otras ciudades de España y de Europa y que era la única que permitía asegurar la construcción del hospital garantizando que la sanidad siguiera siendo pública y gratuita y además hacerlo en un periodo de tiempo razonable, muy alejado de los diez años que tardó el hospital de Lugo. Vigo no se podía permitir esperar tanto tiempo.

No ha sido fácil, pero después de todas las dificultades, estamos en el año 2015 y el hospital está construido y en proceso de entrar en completo funcionamiento. Esa es una realidad que nadie puede negar, como tampoco se puede negar que en él atienden los profesionales sanitarios del Servicio Gallego de Salud, como algunos quisieron poner en duda. Es triste comprobar como, desde el principio, el gobierno municipal de Vigo ha remado en contra de los intereses de la ciudadanía poniendo trabas que entorpecían y dilataban el proceso de construcción del nuevo hospital: ha negado insistentemente todo, los terrenos, el agua, la luz,? en definitiva, los servicios que tienen que garantizar los ayuntamientos en todas las zonas de la ciudad. Se han "olvidado", en mi opinión, de una de las obligaciones de todo responsable público: Contribuir a solucionar los problemas de los ciudadanos, no instalarse en la crítica fácil y ventajista sin aportar soluciones realistas y constructivas.

Pues bien, ahora tienen una segunda oportunidad, construir un aparcamiento municipal, público y gratuito en la parcela que acabamos de descubrir que poseen pegada al hospital. Tienen los terrenos, la competencia y los medios para hacerlo. Lo que no sabemos si tienen, es la voluntad. Espero sinceramente que así sea.

A lo largo de estas semanas hemos podido ver que, en la puesta en funcionamiento de toda gran infraestructura, se producen fallos, problemas que, por supuesto, hay que solucionar cuanto antes. Esta es la verdadera prioridad ahora, ir subsanando los defectos que tanto los profesionales como los usuarios van descubriendo hasta que desaparezcan completamente. Pero esto no nos debe hacer cuestionar su existencia, ni hacernos olvidar su necesidad y su importancia.

Es imprescindible que todos, dentro de la responsabilidad de cada uno, trabajemos para que se dé el servicio que necesitan los vigueses. Alertando de los problemas, sin duda, pero también actuando con responsabilidad. Reclamando la evacuación del hospital o diciendo que va a morir gente porque no tiene laboratorio, cuando sí tiene, no es actuar desde la responsabilidad.

Los ciudadanos nos exigen garantizar la sanidad pública de calidad, tanto los que fueron a la manifestación como los que no. Yo también la exijo y por ella he trabajado y seguiré trabajando. Pero también estoy convencida de que tenemos la mejor herramienta para garantizarla: el hospital Álvaro Cunqueiro.

Es frecuente que los grandes proyectos nazcan rodeados de polémica. Podemos recordar ejemplos cercanos como la construcción de la autopista. El tiempo demostró que eran proyectos necesarios y que supusieron la mejora de la calidad de vida de los ciudadanos y los que se opusieron a ellos acabaron reconociendo su error.

En esta ciudad hemos esperado mucho tiempo para tener el gran hospital que nos merecíamos. Ya está aquí y tenemos más cerca que nunca disfrutar de una sanidad pública a la altura de lo que Vigo exige y merece. Sin duda, lo conseguiremos. Contamos con los mejores profesionales sanitarios y el mejor hospital.

*Portavoz Grupo Municipal Partido Popular