Jornada pasada por agua y con más de un contratiempo en el segundo y último día de escenificación histórica del Vicus Spacorum celebrado en el PAU de Navia. Desde por la mañana, la lluvia obligó a las gentes de Vicus a achicar agua para intentar salvar la fiesta. Aunque las calles consiguieron absorber la gran cantidad de lluvia que cayó en las primeras horas fue imposible respetar por completo el programa matutino.

El primer contratiempo llegó con la destrucción de parte de la estructura del poblado castrexo, cuya apertura estaba prevista para la mañana. Tampoco fue posible realizar el discurso habitual de las Asociaciones ni la tan esperada Batalla de Cíes que estaba fijada para el mediodía, cuando el tiempo puso su peor cara. Lo que no faltó fue el desfile de la guardia pretoriana Arde Lucus con el César o la lucha entre gladiadores, que fueron los espectáculos más admirados.

La Caída del Imperio Romano, a manos de suevos y alanos, se realizó de mano de Troula Animación, y puso el broche final a una fiesta agradecen desde su nuevo emplazamiento.

Por la tarde el tiempo se calmó y la jornada transcurrió con alegría y deseos de pasarlo bien. No faltaron los talleres de jabón, las exhibiciones de cantería, de cetrería o de forja, ni la música ambientando cada rincón de la fiesta. Los puestos de comida, artesanía y talleres para niños terminaron de dar forma a todo el entramado de la historia de unos y otros pueblos sobre suelo vigués. Menos gente caracterizada, eso sí, pero todos igual de dispuestos a enfundarse el espíritu de celtas, romanos y castrexos para celebrar una nueva edición de la fiesta más histórica del barrio de Navia.