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La bajada de San Bartolomeu y la Virxe do Alba cierra la romería

La tercera y última procesión pone fin a las fiestas en Valladares

La Romería de Monte Alba tocó ayer a su fin. La última de las procesiones que engloba la gran fiesta religiosa de la parroquia de Valladares arrancó a las 18:00 horas de la tarde desde el santuario donde estaban guardadas las imágenes de la Virxe do Alba y de San Bartolomeu.

Cerca de medio millar de fieles acompañaron a los santos durante todo el descenso por el monte Alba, que duró aproximadamente dos horas, hasta su llegada a la iglesia parroquial de Valladares.

En las bajadas, todos los santos ayudan, reza el refrán y nunca fue mejor dicho que ayer. Los asistentes dejaron el cansancio a un lado y no dudaron en realizar todo el descenso sin el menor ápice de cansancio. Aunque no llevasen un uniforme, la indumentaria de todos los asistentes, desde niños, jóvenes y peñistas, eran la misma: chandal, unas buenas deportivas y una botella de agua. Estos fueron los útiles indispensables para todos aquellos que acudieron a la romería.

Clásico saludo entre santos

A su llegada a la iglesia de Valladares, en torno a las 20:00 horas de la tarde, a pesar de que el ritmo fue muy bueno y no se produjo ninguna incidencia durante el trayecto, se produjo el tradicional saludo entre la Virxe do Alba y San Bartolomeu con la imagen de San Xosé que ya reposaba en la iglesia parroquial de Valladares.

Las tres representaciones religiosas quedarán ahora guardadas en dicha iglesia hasta el año que viene, que volverán a ser subidas al monte en una nueva edición de la Romería.

Tras los saludos, una posterior misa en la capilla de San Andrés de Valladares puso el punto final a los actos religiosos que comenzaron a las 12.30 de la mañana con una misa en la ermita del Alba y el rezo del rosario a las 17:30 horas.

Como en toda fiesta, no podían faltar las verbenas. Los grupos de gaitas Os Corvos da Veiga y Charanelas fueron los encargados de amenizar la velada nocturna que, al ser en día de semana y ya fuera del periodo vacacional terminó antes de la medianoche.

Gran afluencia de fieles

Un año más, los devotos siguieron fieles a su Virgen y a sus santos.La Romería do Alba volvió acoger en sus procesiones a un gran número de fieles y seguidores, la gran mayoría continuando una tradición que tienen desde pequeños y otros llamados por la singularidad de esta fiesta religiosa, cuya principal atracción son las tres procesiones de los santos hasta el monte Alba para su posterior bajada y saludo.

La gran mayoría de caminantes eran vecinos de la parroquia que no dudaron ni por un momento en hacer el empinado trayecto hasta la iglesia. Tanta es la devoción que Maru Fernández, vecina del pueblo, llegó a "pedir el día libre en el trabajo para poder asistir a la procesión". Pero no solo los creyentes acudieron a la cita religiosa. El fervor es tal que el joven Santiago Pedrero no dudó en asistir por motivos de conciencia. "Yo no soy creyente, pero si un año no vengo luego ya me queda mal cuerpo. Es una tradición y hay que seguirla", comentaba el joven.

Acabadas ya las tres jornadas de romería, a los Santos les toca descansar hasta el año que viene.

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