El "éxito arrollador" de la manifestación del jueves es, para el Colegio Oficial de Enfermería de Pontevedra, "una evidencia" de que la población valora la sanidad pública como "un interés social prioritario amenazado". Su presidente, Carlos Fernández, entiende que la ciudadanía "ha percibido que el nuevo modelo sanitario está tomado sin consenso social ni transparencia" a costa de la "protección de la salud" y la "capacidad adquisitiva" del paciente, lo que ha generado una "indignación" comparable a la del Prestige o el 11-M Sostiene que la marcha es "una seria advertencia a la consellería y la Gerencia de que no puede seguir gestionando el nuevo hospital al margen de las necesidades" de la población.

Entre los problemas que le han trasladado sus asociados y que exige que se solventen, destaca los problemas de organización de personal ante la paralización del personal o las "malas condiciones" del nuevo hospital, con la "presencia de ratones" y vertidos de agua. Reprueba la "precipitación en la mudanza y las "instalaciones deficitarias" con "inexistente utillaje" o la disposición de otro que les resulta desconocido, que ni los mandos saben emplear. Critica que no se haya consultado antes al colegio al objeto de evitar estas "deficiencias estructurales, funcionales y de personal".