Los Juzgados de Instrucción preparan el archivo de centenares de accidentes de tráfico que se tramitaban por vía penal y con la reforma legislativa que entró en vigor a finales de julio desaparecen como faltas. La reclamación por lesiones de tráfico por imprudencia pasa a la vía civil, lo que conlleva importantes cambios y gastos para el demandante.

Si hasta ahora el lesionado, tras presentar denuncia, obtenía de forma gratuita el informe médico a cargo del forense y el informe pericial, con la reforma tendrá que pagarlo de su bolsillo. Además de contratar a un perito que valore su estado de salud y los daños causados, tendrá que designar un procurador que le represente y abonar las tasas correspondiente si la reclamación supera los 2.000 euros. El nuevo sistema, según algunos juristas, conllevará previsiblemente un mayor número de acuerdos entre las compañías aseguradoras para evitar gastos.

Los únicos accidentes viales que se tramitarán como delito son aquellos en los que se produzcan fallecidos, heridos de extrema gravedad o deformidades, así como los ocasionados por imprudencias causadas por conducción etílica o bajo efectos de otras sustancias estupefacientes y por grave infracción de las normas, según ratificó ayer el fiscal especializado en Seguridad Vial Carlos Gil.

Precisamente la reforma contempla beneficios en casos de imprudencia etílica al volante, según expuso el fiscal.

En los casos de conducción bajo los efectos del alcohol y las drogas se mantienen las penas actuales, aunque se incluye una posibilidad para reducir el delito si el vehículo lleva incorporado un sistema que detecte que el conductor ha bebido con capacidad de bloquear el coche. En estos casos se aplicarán atenuantes, si bien resulta muy caros de instalar si el vehículo no lo lleva incorporado de serie. El sistema puede rondar los 6.000 euros, por lo que parece poco previsible que se popularice.

En Estados Unidos ya funcionan dos métodos para medir al cantidad de alcohol en sangre antes de arrancar: un alcoholímetro pasivo instalado sobre el volante que detecta en el aliento el nivel de alcohol, o mediante un haz de luz infrarroja dirigid a las moléculas de aire espiradas por el conductor.

La A-8 en el juzgado

En cuanto al estado de las carreteras y la posibilidad de que ello influya en el número de siniestros e incidencias viales, Carlos Gil adelantó que existen dos denuncias por los continuos cierres de la autovía A-8, la entrada desde Cantabria a Lugo,. Una de ella está en la Fiscalía y otra en un juzgado.

También destaca el fiscal de Seguridad Vial que el índice de siniestros en el Corredor de O Morrazo o en las curvas de Tameiga se han reducido al bajarse los límites de velocidad. En cuanto al incremento de casos de conductores sorprendidos al volante bajo el efecto de sustancias estupefacientes, resalta que los controles son más numerosos ya que antes algunos cuerpos policiales carecían de medios para este tipo de controles.