Las llamadas velas de hospitalización, el área donde los ingresados pasarán sus días, ya están listas para recibir a sus inquilinos. De manera progresiva las camas del Álvaro Cunqueiro se abrirán para acoger no solo a los trasladados desde otros centros, sino también a los nuevos ingresos que se vayan produciendo.

El hospital cuenta con 845 camas, todas de articulación eléctrica, de las cuales el 70% está en una habitación individual. En su interior los enfermos encontrarán un baño adaptado para personas con problemas de movilidad, una ventana de casi tres metros cuadrados y un dispositivo multimedia. "Los pacientes pueden acceder a servicios como la televisión o internet, pero además permite al personal médico introducir información del paciente y consultar su ficha médica", explicó ayer el gerente del EOXI de Vigo, Félix Rubial.

Las habitaciones individuales tienen capacidad para acoger una segunda cama si el ingreso de pacientes lo requiere. Los responsables esperan que esto suceda solo de manera puntual, por ejemplo, con los picos de gripe de invierno. Las camas ubicadas en Cuidados Intensivos y diálisis disponen de una función adicional que permite pesar a los pacientes.

Las habitaciones, de 27 metros cuadrados, cuentan con un sillón para el descanso de los familiares que los cuartos dobles no tienen.

Cuando una especialidad se establece en el nuevo hospital, no solo los pacientes trasladados ocupan estas camas, sino también los ingresados a través de urgencias o los ya programados. Los hospitalizados encontrarán pasillos anchos con una estructura central acristalada que permite el paso de la luz natural y salas de espera minimalistas en las que no se puede consumir bebida ni comida.

Las velas se abrirán siguiendo un orden programado que comienza por los pacientes menos graves hasta llegar a los más complejos.