El tercer cubesat vigués ya vuela hacia la Estación Espacial Internacional (ISS), que prevé alcanzar el próximo lunes, tras despegar ayer con éxito desde la base japonesa de Tanegashima a bordo de la sonda Kounotori 5. La meteorología adversa obligó a retrasar su partida en dos ocasiones durante los últimos días, pero ayer el cohete partió a la hora prevista -13.50 en España- con el nanosatélite Serpens y 4,5 toneladas de víveres y material científico para los 6 astronautas de la tripulación.

En el momento del despegue, la velocidad del viento era de 3,5 metros por segundo, lo que permitió a la Agencia Espacial Japonesa (JAXA) cumplir el horario previsto, y la temperatura rozaba los 28ºC. Mientras el carguero japonés encendía motores para iniciar su viaje, la ISS se encontraba orbitando sobre el Atlántico, cerca de la costa brasileña.

La JAXA y la NASA retransmitieron la operación a través de internet, lo que permitió a los ingenieros vigueses de la Agrupación Aeroespacial contemplar y celebrar el lanzamiento en directo desde la Escuela de Telecomunicación, en el campus.

Tras un "vuelo suave" de 15 minutos, el último módulo del carguero, donde viaja la carga útil, se separó de la fase anterior y comenzó a navegar de forma autónoma a 286 kilómetros de altura.

En los próximos días, la nave tendrá que ir ajustando su órbita a la de la ISS, que se encuentra a 400 kilómetros de la Tierra. El encuentro está previsto para la mañana del próximo lunes, cuando el astronauta japonés Kimiya Yui deberá realizar la maniobra de captura y acoplamiento a través del módulo robótico Kibo.

Hasta esa fecha, la nave habrá realizado una media de 15 órbitas completas alrededor del planeta cada día, lo que sumará más de 3,3 millones de kilómetros recorridos. Este trayecto equivaldría a 4 viajes de ida y vuelta desde la Tierra hasta la Luna.

Despegue del Kounotori 5

Aunque se trata del quinto carguero nipón que llega a la Estación Espacial con provisiones, Kimiya será el primer compatriota que dirija la maniobra de anclaje. A partir de ese momento, la carga será presurizada y trasladada al interior de la ISS. El Serpens permanecerá inactivo hasta finales de septiembre o principios de octubre, la ventana temporal fijada para su eyección definitiva al espacio.

Esta operación también será responsabilidad de Kimiya, que volverá a utilizar el Kibo. Una vez en órbita, el Serpens tardará una media hora en desplegar sus antenas para alejarse de la ISS y evitar poner en riesgo su seguridad. Será entonces cuando empiece a transmitir una baliza para que los ingenieros de Vigo y Brasil puedan detectarlo.

El satélite hispanobrasileño no es el único cubesat que viaja en estos momentos hacia la ISS. El Kounotori -que significa cigüeña blanca en japonés- también transporta 14 pequeños aparatos de la NASA para capturar imágenes de la Tierra con aplicaciones humanitarias, ambientales y comerciales, así como el GomX-3, diseñado por estudiantes de la universidad danesa de Aalborg con el apoyo de la Agencia Espacial Europea (ESA) a través de un proyecto educativo similar al que permitió a Vigo lanzar el XaTcobeo en 2012 e iniciar su carrera aerospacial.

Fue precisamente esta experiencia y la adquirida después con el Humsat-D, lanzado a finales de 2013, la que llevó a la Universidad de Brasilia a requerir la colaboración de los vigueses como proveedores de tecnología y asesores durante todo el proceso de diseño y validación del Serpens.

El cubesat tiene forma de paralelepípedo, pesa 3,5 kilogramos y se incorporará a la constelación internacional Humsat que coordina Vigo con el apoyo de la ONU y la ESA para la transmisión de información a cualquier parte del mundo a través de sensores de bajo coste instalados en tierra.

Las aplicaciones de esta red son múltiples, desde la recogida de datos de estaciones meteorológicas y boyas marinas hasta la comunicación con zonas donde se han registrado catástrofes humanitarias o medioambientales y carecen de infraestructuras.

Una vez en órbita, el Serpens, de forma que podrá producirse desde un solo contacto diario hasta 6.

El diseño de los ingenieros vigueses supone una evolución del Humsat-D para mejorar el sistema de comunicación. Las características de la misión también les han obligado a contemplar los exigentes requisitos de seguridad de la ISS. El satélite no puede poner en peligro la integridad de los astronautas, de modo que cuenta con inhibidores para que no se ponga en marcha, ha superado test para comprobar que no emitirá gases ni resultará cortante y sus baterías se encuentran a un nivel de almacenamiento seguro.

El proyecto está apoyado por la Agencia Espacial Brasileña y cuenta con la participación de otras instituciones y universidades de aquel país, así como de EE UU e Italia.