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Los socios del Círculo Mercantil se adaptan a su sede provisional

Las instalaciones del Aero Club obligaron a disminuir algunos servicios - Los usuarios confían en tener pronto un nuevo edificio

Los socios del Círculo Mercantil se adaptan a su sede provisional

Los socios del Círculo Mercantil no se ponen de acuerdo a la hora de valorar el nuevo local que los acogerá, al menos, durante el próximo año, pero la mayoría se muestra defraudada por las instalaciones. Tan solo llevan tres semanas en esta ubicación -el edificio del Aero Club en la calle Reconquista- y todos coinciden en señalar que esperan que se trate de una solución temporal. La falta de espacio y luz es la principal queja de los miembros.

"Esperemos que solo sea por un año". Esta es la frase más repetida entre los socios del Mercantil. El espacio que ahora disponen tras su mudanza de la calle Príncipe no les convence. Aunque algunos le dan un margen de confianza y esperan adaptarse al lugar, la mayoría no está contenta con las dimensiones del espacio. "Hemos pasado de la abundancia a la escasez", comenta Armando Ferreiro, uno de los socios que echa en falta los enormes salones de Príncipe. Reconoce que el antiguo local era "demasiado" grande, pero asegura que este peca de pequeño. Pide "un término medio".

Otro de los reclamos es la pérdida de servicios que han experimentado: ya no tienen gimnasio propio, aunque pueden utilizar las instalaciones del Club Náutico; la biblioteca ha perdido casi todos sus volúmenes; la cafetería, que aunque sí existe, solo funciona por la tarde y no durante toda la jornada, como a ellos les gustaría.

Muchos se muestran conformes y aseguran que "no está tan mal". Como Lina González, quien pide paciencia para que el Mercantil tenga tiempo a poner a punto las deficiencias que los socios encuentran. "Todo funcionará, solo hay que esperar", asegura.

A ella, que se mueve en muletas, no le incomodan demasiado las escaleras que a otras usuarias ya les han ocasionado alguna caída. El acceso y movilidad por el espacio es complicado debido a la abundancia de escalones por el salón principal. "Somos gente mayor, no podemos movernos por aquí", afirma una de las afectadas.

La falta de luz es otra de las quejas más extendidas. La baja intensidad del alumbrado eléctrico dificulta la visión en la zona de juego. "Y ahora es verano, espera al invierno", advierten algunos de los jugadores de dominó.

Los hay que protestan y los hay que se conforman, pero ninguno está 100% satisfecho, ni con el local ni con la ubicación, porque a pesar de ser céntrica no les parece comparable con la calle Príncipe. Los socios desean que la compra del próximo inmueble sea "lo más rápida posible" para volver a disfrutar de las comodidades de un espacio amplio, con múltiples salones y espacios y abundante luz.

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