Las tarifas del aparcamiento centraron ayer las preguntas al personal de apoyo que orienta a los enfermos que acuden por primera vez a Beade y las conversaciones en las escaleras y la sala de espera. Día de caras largas y quejas que empeoran cuando una paciente del hospital de día le pide a su acompañante que vaya a retirar un agua de las máquinas expendedoras. Un euro la botella de agua, 1,50 la de Coca-Cola y 1,60 euros el Aquarius. "Precios de calle. En la máquina de mi trabajo es la misma empresa y cobra más barato", comenta el cliente que hace cola justo detrás. A medida que se llenan las consultas y el nuevo hospital gana público se generalizan las críticas por el coste de los servicios complementarios. La Junta de Personal del Chuvi ya denunció los precios "excesivamente caros" de la cafetería de consultas externas. Ayer los clientes empezaban a subir fotos a redes sociales de su factura. 2,25 euros por desayunar un café pequeño y un mini cruasán después de una analítica. "A este precio pago yo mi desayuno diario en Gran Vía antes de subir a la oficina", se quejan desde la cola cuando se pregunta a los clientes por las tarifas. Acostumbrados a las máquinas del Xeral este escenario requiere de un periodo de adaptación. Ya desde primera hora hay quien apunta a los letreros que anuncian el menú del día: 9,25 por el almuerzo "estándar". "Debería estar más controlado por el Sergas", coinciden todos los encuestados.
