Revive la bajada O Casco Vello de Vigo // NICK

Aplausos para los que más arriesgaban y ánimos para los que titubeaban al enfrentar unas escaleras o un recodo estrecho. El descenso en bicicleta desde el castillo de San Sebastián hasta el puerto, que se celebró ayer dentro de las pruebas de Arnette-O'Marisquiño, tuvo como ganador a Aarón Caballero. En un minuto dieciséis segundos el piloto recorrió los 1.200 metros del circuito urbano. Otro de los participantes, José Borges -ganador del año pasado- tuvo que ser trasladado en ambulancia con rotura de tibia y peroné. El primer puesto femenino se lo llevó Rosi Martínez.

Dos tandas decidían el piloto más rápido. Hubo sustos, amagos de caídas y aparatosos accidentes como el de Borges, a quien se le reventó una rueda. En definitiva, hubo espectáculo arropado por cientos de curiosos. Los 120 participantes de este año se entregaron en las escaleras de la Plaza de Argüelles, uno de los puntos más concurridos de público por la espectacularidad de la bajada. Pero también en la curva de la Plaza de la Constitución o en el salto de la Concatedral que salvaba las escaleras y donde algunos se atrevieron a hacer filigranas que animaron al público. Al final el coruñés Caballero se hizo con el título. Le siguieron Gabriel Alonso y Toni Ferreiro. Caballero mejoró el tiempo del campeón del año pasado, edición en la que la lluvia complicó la bajada, en tres segundos.

La última y decisiva tanda de bajada se abrió con el descenso del piloto moañes Aaron Bernárdez, quien subido en la moto de su compañero y amigo fallecido, Dani Rivas, rindió el último homenaje al riderrider desde el festival. El sábado O'Marisquiño ya le había recordado con un minuto de silencio en el que las motos rugieron a todo gas.

Marcos Fidalgo realizando la Bajada del Casco Vello // NICK

Para los vigueses esta es la prueba estrella, pero ayer se celebraron dos finales de relevancia mundial: la de skate y dirt jump. En 2014 la final de monopatín se celebró en Vigo y esta edición ha recaído una de las pruebas puntuables. El nivel de los participantes en ambas modalidades ha sido altísimo y eso se tradujo en un show que el público disfrutó. En skate, Aurelien Giraud resultó el ganador pro en la categoría masculina y, como se esperaba, la brasileña Leticia Bufoni en femenina.

El viento había amenazado el viernes y el sábado con estropear la prueba de las bicis voladoras de dirt jump. Finalmente, lo que tuvieron que sufrir todos los deportistas y el público fueron las altas temperaturas que se registraron: se superaron los 30º. Las mangueras con las que se endurecía la tierra de la pista de competición también sirvieron para refrescar a los asistentes, que reclamaban agua. Todos los riders besaron la tierra, incluidos los dos grandes de los saltos, Jed Mildon y Nicholi Rogatkin, quien ganó la cita. Abel Caballero presenció los saltos de los riders y le entregó el premio al estadounidense, uno de los mejores del mundo sobre la bici. El portugués Nuno Pintas logró el segundo puesto.

Bajo el sol se disputaron los duelos de BMX. En la categoría pro el ganador fue Daniel Dhers, en Master Jaime Clemente y en la sub13, Nil Cantero.

Muy cerca del circuito, sobre uno de sus muros, los grafiteros terminaron las intervenciones artísticas que habían comenzado el sábado. Las gradas de las BMX estuvieron repletas los tres días del evento.

Al otro lado de la Estación de Ría, el breaking dance marcó el ritmo de la tarde. Los bailarines se batieron con volteretas y pasos que los espectadores acompañaron con palmas.

O Marisquiño en imágenes. Haz clic para ver más fotografías // J. Lores

Tres días de fiestas

Después de tres jornadas de diversión y deporte lo que queda en la ciudad es una enorme sensación de resaca. O'Marisquiño ha dejado imágenes de multitudes agolpadas sobre una valla para ver volar una moto, cientos de móviles grabando un black flip, un frontside feeble y otros muchos trucos de nombre impronunciable que se ganaron los rugidos de asombro de los aficionados. Padres que también practicaban un deporte extremo, el de no perder a sus hijos entre más de 100.000 personas. Y sobre todo, la estampa de un evento sin igual en la ciudad que ha repercutido en toda la zona, no solo de manera económica sino también ligando la imagen de Vigo a la del deporte mundial.

La 15º edición de Arnette-O'Marisquiño se despidió desde el muelle, con los conciertos y la música electrónica. Esta ha sido la edición con más público, participantes y nivel de un festival que no ha dejado de crecer año tras año y que convierte a Vigo en epicentro de la cultura urbana de todo el mundo.