El proyecto de ampliación del puente de Rande deberá ejecutarse con las características aprobadas por el Ministerio de Fomento y como así lo adjudicó Audasa en 130 millones a la Ute formada por Dragados y Puentes y Calzadas. La Abogacía del Estado, a instancias del departamento dirigido por Ana Pastor, frustra el intento de la concesionaria de la autopista y de las constructoras de variar el sistema para aumentar la capacidad del emblemático viaducto. En lugar de añadir dos carriles al tablero, uno por cada sentido de la circulación, proponían encajarlos en la estructura actual, un cambio calificado por los jurídicos del Estado de "sustancial" respecto al diseño autorizado por el ministerio para su licitación, y que además abriría la puerta a la presentación de recursos por parte de las empresas que participaron en el concurso.
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En una visita el pasado 9 de mayo a Vigo, Ana Pastor había expresado sus dudas sobre la viabilidad de ese radical planteamiento. Aunque en ese momento afirmó desconocer con detalle las modificaciones pretendidas por las empresas dijo que "en una obra que ya está comenzada cualquier cambio en el proyecto debe ser sometido a informes jurídicos". La ministra ya dispone de la respuesta de la Abogacía del Estado, y coincide con la opinión que emitió entonces en la ciudad olívica: "Va a ser imposible que cuando tú te presentas a un concurso con un proyecto y lo ganas, luego lo transformes en otro totalmente distinto. La ley es rigurosa y no lo permite".
En efecto, las citadas modificaciones surgieron a los cuatro meses de iniciarse la obra. Nunca antes, ni la concesionaria del puente ni las constructoras cuestionaron el modelo que figuraba en el proyecto técnico aprobado hace más de un año por Fomento. Un sistema de adhesión de dos tableros laterales de 5 metros de ancho cada uno y distanciados 6,75 del tablero central. Estos quedarían unidos al principal por celosías interiores y también habría zonas de trasvase de tráfico en caso de colapso o accidente. De la sujeción de los carriles añadidos se encargarían 80 nuevos tirantes anclados a la corona del puente. Así que tanto la Ute ganadora del concurso como Audasa asumieron la ejecución de la obra con estas condiciones técnicas, una intervención que los expertos habían catalogado como un "hito mundial" en un viaducto atirantado.
Aceptar ahora unas modificaciones del calado de las pretendidas supondría, a juicio de la Abogacía del Estado, "vulnerar" las condiciones del concurso al que optaron las principales constructoras del país. De ahí que el dictamen jurídico alerte de las consecuencias de admitir esos cambios. Por ejemplo, que las otras cinco empresas que concurrieron a la convocatoria licitada en 174 millones presenten recursos alegando incumplimiento de las condiciones de la oferta.
Cuando se conoció el giro de 180 grados que se pretendía dar al proyecto de Rande fuentes del sector le concedían pocas posibilidades de prosperar. Lo situaban "en las antípodas" del proyecto adjudicado. Que no sería una obra de ampliación sino un estiramiento de la superficie actual. Planteaban aprovechar el espacio no ocupado por las calzadas -como la mediana y los aleros a los que están anclados los 80 tirantes que soportan el peso de la estructura central- para habilitar los dos nuevos carriles.
