"Es como si La Gioconda saliera a subasta en internet", resume Tomás Camacho, el director médico de Vithas Lab y el hombre que acaba de hacerse con un verdadero tesoro de la ciencia: un microscopio fabricado en el siglo XVII por Antony van Leeuwenhoek, padre de la microbiología. Se trata de una de las lentes más antiguas del mundo y la única que ha conseguido la autenticidad al 100 por 100. La pieza, comprada a través de Ebay y no mayor que un dedo meñique, costó 1.500 euros. Su precio en el mercado podría superar el medio millón de euros, pero Camacho lo deja claro: "No estoy interesado en venderlo, el precio no es su valor real".

La historia de este microscopio es tan rocambolesca como la de su propio creador. Leeuwenhoek se convirtió en un precursor de las ciencias sin quererlo. Su profesión, vendedor de telas, le llevó a buscar la manera de aumentar la visión de su lupa, con la que comprobaba la calidad de las telas. Bajo este empeño creó más de 500 microscopios. "Fue la primera persona que vio un glóbulo rojo, un espermatozoide", exclama Camacho, pletórico por su compra.

Se sabe que los aparatos que no satisfacían al vendedor acababan en el canal que orillaba su casa en Delft, Holanda. En el lodo de ese río acabó durmiendo 300 años el microscopio que un curioso encontró después de que drenaran el canal. Lo colgó en Ebay junto a otros utensilios y lo describió como un utensilio "de pintura". "Obviamente no sabía lo que tenía", señala Camacho. La suerte quiso que todo un experto como él, que tiene una colección de 220 microscopios, viese en la pieza un posible Leeuwenhoek.

En el mundo hay otros nueve objetos como éste, pero la duda de autenticidad recae sobre algunos. El de Camacho es el único que se ha sometido a todo tipo de pruebas que borran cualquier sombra: "No hay duda, es auténtico". Todos están expuestos en museos, menos uno que subastó la casa Cristies´s por medio millón de dólares en 2009 a un particular, cifra que podría superarse a día de hoy. "Mi intención no es venderlo, ya he tenido ofertas y las he rechazo", asegura el doctor. En cambio, está dispuesto a cederlo para exponer en cualquier museo, como así se lo hizo saber ayer al alcalde de Vigo, Abel Caballero, en una audiencia en la que le mostró el artilugio junto al prefesor Brian Ford, quien ha certificado su autenticidad. Al primer lugar al que viajará será París, a un evento organizado por la UNESCO con motivo del Año de la Luz.