Corina Porro, en su etapa como presidenta del Puerto, emprendió un ambicioso programa para recuperar espacios hasta entonces estrictamente portuarios pero de escaso uso para el uso y disfrute ciudadano. La reforma del acceso a la Estación Marítima, con un paseo de madera y la presencia de palmeras, o la habilitación de un parque infantil en la calle Areal fueron dos de sus propuestas que fructificaron. Sin embargo, sus proyectos más ambiciosos se quedaron en el cajón: "El Tinglado" y "Portocultura". El primero, en la nave de la fruta y el segundo en rederos. En ambos casos, las actuaciones fueron paralizadas por el Concello al considerarlos ilegales por carecer el Puerto de un Plan de Usos que ahora sí tiene. aprobado. .

La decisión del alcalde Abel Caballero provocó un agrio enfrentamiento con Porro. Sin embargo, los jueces dieron en todo momento la razón a la posición municipal y entendieron que las obras previstas por la institución portuaria no tenían encaje legal, por lo que se hacía necesario antes aprobar un Plan de Usos. Ahora el reloj se vuelve a poner a cero.