Para que el traslado de ingresados del hospital viejo al nuevo sea "manejable" no pueden exceder demasiado los 200 pacientes. Este es el cálculo que hicieron en el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA), que protagonizó la última gran mudanza sanitaria en España. Rebajarlos a este número es todo un reto para un complejo de unas 1.100 camas -cifra similar a la del Chuvi-. En Vigo se seguirá la misma estrategia de cara al 24 de agosto, fecha en la que se abrirá la hospitalización del Álvaro Cunqueiro. Sin embargo, la Gerencia del área sanitaria no ha desvelado cuál es la reducción que prevé lograr.
¿Cómo consiguieron en Oviedo vaciar en un 80% las plantas de ingreso? Reduciendo las cirugías programadas y derivando enfermos al único hospital del área que no se fusionó en el nuevo, el Monte Naranco -destinado principalmente a crónicos- y a otros centros del Principado, como los de Gijón y Avilés. Empezaron unas seis semanas antes del traslado. "En la mayor parte de los casos derivábamos las patologías ya desde urgencias. Se programó muy poquito porcentaje, entorno a un 40%, y cuando quedaban menos de dos semanas, en el dintel de la estancia media, se procuró no programar", explica Manuel Matallanas, actual gerente del HUCA y director de la oficina que dirigió el cambio. Lo único que hacían era lo urgente de las especialidades en las que son referencia para toda la comunidad.
En el Chuvi, los planes también pasan por reducir las cirugías, pero el enfriamiento se limitará a entre 7 y 10 días antes. Solo se realizarán las operaciones con ingreso que sean urgentes o imprescindibles (prioridad 1), mientras los quirófanos se emplearán para cirugía ambulatoria. La diferencia fundamental con Oviedo es que el Meixoeiro permanecerá abierto -con sus 400 camas-, ofreciendo un apoyo que Oviedo tuvo que buscar fuera de su área sanitaria. Hasta el momento, el Sergas solo se ha referido a posibles desvíos para los trasplantes de médula ósea, debido a la necesidad de aislar a los pacientes.
Un recorrido por las instalaciones del nuevo hospital de Vigo //MARTA G. BREA
Aunque con una logística mucho menos compleja, la citación de consultas externas también requiere una reprogramación. En el HUCA se procuró no cambiar la fecha a nadie, pero había que informar de la nueva ubicación a la que las diferentes especialidades iban llegando de forma escalonada. ¿Cómo lo hicieron? Cuando estuvieron "completamente seguros de las fechas", avisaron a los pacientes implicados a través del envío masivo de cartas. Utilizaron a los medios de comunicación para difundir la información y pusieron al servicio de los usuarios una línea única de información. A pesar de ello, surgieron problemas, como el de los pacientes de rehabilitación, que fueron notificados del traslado de su cita al nuevo hospital el 4 de junio, pero ese día aún los esperaban en el viejo.
Las consultas en Oviedo se trasladaron en solo 10 días, mientras que en Vigo se prevé que lo hagan a lo largo de mes y medio -del 29 de junio al 18 de agosto-, utilizando para la mudanza los fines de semana.
