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Cuenta atrás para el traslado al nuevo hospital de Vigo (I) · El referente más cercano

Una mudanza sanitaria de la que tomar nota

El último gran traslado de un hospital en España fue el del Central de Asturias, un complejo con dimensiones similares al Álvaro Cunqueiro

El nuevo hospital de Vigo, esta semana. // Marta G. Brea

El traslado de un hospital es una experiencia que los profesionales y pacientes de un área sanitaria no suelen vivir más que una vez. A falta de experiencia propia, aprender de los errores y aciertos que se han cometido en otros sitios resulta imprescindible en una misión tan compleja y delicada. FARO inicia hoy una serie de informaciones en la que tratará de analizar los puntos claves de la gran mudanza a la que se enfrentará el Chuvi en los próximos meses en base en la última que se ha producido en España con unas dimensiones semejantes: la del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA), hace exactamente un año.

La capital del Principado contaba con tres hospitales públicos, concentrados en el área del Cristo: el General del Asturias -de la comunidad-, Nuestra Señora de Covadonga y el Instituto Nacional de Silicosis -de la Seguridad Social-. Las administraciones ven la conveniencia de coordinarlos y en 1989 los fusionan como HUCA. Este es el primer paralelismo con el Chuvi, que también se creó con la integración de tres centros -Xeral-Cíes, Meixoeiro y Nicolás Peña-, con sus respectivas culturas y estructuras, pero quince años después.

Las instalaciones del HUCA, con hasta 17 edificios, eran amplias, pero estaban obsoletas por lo que desde su fusión iniciaron un largo camino hasta conseguir estrenar unas nuevas. Pusieron la primera piedra en 2005 y, tras dos intentos fallidos de apertura, lo lograron el año pasado.

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El área sanitaria ovetense tiene una población que ronda las 350.000 personas. Es inferior a la del Chuvi (435.000), pero atiende un buen número de referencias para toda el Principado, al ser su complejo principal. Para atenderlos, cuenta con unos 5.500 trabajadores -cinco millares en el nuevo hospital-, mientras que la plantilla de los hospitales y ambulatorios de la comarca viguesa es de unos 6.500.

El nuevo HUCA ocupa 234.000 metros cuadrados construidos -44.000 de aparcamiento- en el este de la ciudad, donde antes se levantaba el hospital psiquiátrico de La Cadellada. Según los datos iniciales del Sergas, el nuevo hospital de Vigo será mayor -280.000 metros cuadrados-, pero el asturiano tiene siete habitaciones más y concentra toda la atención especializada del área. Es esta la principal diferencia de ambas mudanzas. Mientras el Central de Asturias trasladó toda su actividad al nuevo complejo -salvo las 187 camas de crónicos y los programas de salud pública del Hospital Monte Naranco-, el Chuvi mantendrá buena parte en el Meixoeiro con algunas consultas externas, la mayoría de la cirugía mayor ambulatoria, la oncología radioterápica, la medicina nuclear y el laboratorio central, así como la hospitalización de crónicos reagudizados y cuidados paliativos. Así, a diferencia del caso asturiano, el Sergas podrá con contar con este centro -y su personal- en funcionamiento, mientras se estrena y arranca el Álvaro Cunqueiro.

Para obtener la financiación, construir y explotar los servicios no sanitarios del nuevo HUCA se constituyó una empresa pública, el mismo papel que aquí ostenta la sociedad concesionaria. Para preparar y dirigir la mudanza -así como un cambio en la organización-, un año y algo antes, se creó la Oficina de Gestión del Cambio, incardinada en la Dirección del área. Al frente estaba el oncólogo Manuel Matallanas, hoy gerente del complejo. La "estimación mínima" del presupuesto de la mudanza, aún sin contabilizar, fue de 1,3 millones.

Tanto en Oviedo como en Vigo se ha escogido la misma época para iniciar el traslado. "No hay otra mejor", destaca Matallanas. Explica que, a partir de abril, es cuando baja la presión asistencial que entra por urgencias y toma más peso la actividad programada, sobre la que sí es posible actuar, con el objetivo de vaciar las plantas de ingresados. Desviaron 246 personas a otros hospitales de Asturias y se redujo la programación al 40%.

Aunque en radioterapia y radiología llegaron de avanzadilla al nuevo HUCA en el primer trimestre de 2014, la mudanza propiamente dicha comenzó el 4 de junio de 2014 por consultas externas. Diez días después lo hicieron las urgencias, al tiempo que se abría la hospitalización. En cuatro días, las ambulancias llevaron al nuevo edificio los 228 hospitalizados, que permanecían en el viejo recinto y que cerró ese histórico 17 de junio. "A ser posible, lo bueno es no meterse de lleno en el período de vacaciones, porque tienes menos gente disponible, y tener eses período para adaptarte", razona Matallanas. En el Chuvi comenzará el 29 de junio, también por la zona ambulatoria, pero se prolongará hasta el final del estío con el primer ingreso el 24 de agosto, la primera cirugía programada el 31 y la fusión de las urgencias en Beade el 5 de septiembre.

Al Sergas le entregaron las llaves del Álvaro Cunqueiro el pasado 25 de abril, a dos meses de su apertura. El servicio de salud del Principado había recibido las llaves del nuevo HUCA ya en julio de 2013, once antes de la mudanza. Si bien es cierto que en el complejo asturiano fueron necesarias obras de corrección de algunos espacios, debido a los 8 años que se prolongó la construcción, y adquirieron casi todo el equipamiento -unos 95 millones de euros-. "Fue una contrarreloj, tras las adaptaciones de espacios, había que recibir los equipos, verificar que estaban correctos y garantizar que no se nos estropeaban", detalla y añade: "llegamos al filo del traslado con la lengua fuera".

Todos coinciden en afirmar que la mudanza en sí de los pacientes y de los servicios fue perfecto. Los contratiempos que surgieron quedaron ocultos tras el que fue su gran problema: el cambio del sistema informático. De tener las historias clínicas en papel y extender todos los volantes, peticiones de pruebas o prescripciones de fármacos a mano, pasaron a hacerlo todo por ordenador. Hoy están acreditados en el nivel 6, sobre, 7 de "hospital sin papeles". Un cambio cultural agravado por la complejidad del programa informático, que en el caso del Álvaro Cunqueiro no se vivirá. Aquí, la principal novedad informática a la que tendrá que enfrentarse el personal es el manejo de los terminales a pie de cama, para lo que recibirán formación una semana antes de que se muden al nuevo hospital.

"La lista de espera fue el precio a pagar"

  • "Se disparó la quirúrgica y la de pruebas; la de consultas un poco menos". Este fue el impacto que el traslado del HUCA provocó en sus listas de espera. "Fue el precio que tuvimos que pagar", lamenta el actual gerente, Manuel Matallanas. La reprogramación quirúrgica para vaciar las plantas de pacientes ingresados, así como la menor actividad quirúrgica en los meses de arranque, provocaron que la demora media por una cirugía se duplicara desde los 74 días de abril hasta los 114 de septiembre. En octubre, ya con todos los quirófanos en funcionamiento, la situación comenzó a reconducirse. El repunte en enero se debe a todos los días libres que debían al personal. "Calculo que en otoño ya no tendremos nada por encima de seis meses".

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