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Un importante hallazgo

Microbiología del Chuvi comprueba que es posible diagnosticar la tuberculosis en saliva

Es más rápido y evita tener que realizar una prueba muy molesta a los incapaces de expectorar, en su mayoría, niños y mayores

Desde la derecha: Gema G. Mediero (microbióloga), Maite Abelleira (enfermera) y María Oliveira (técnico), del equipo del laboratorio de Microbacterias. // Ricardo Grobas

Por su poca concentración de bacterias, la saliva siempre se había despreciado como muestra para detectar enfermedades respiratorias. Para diagnosticar la tuberculosis se opta por el esputo porque es la idónea. Pero hay personas que son incapaces de expectorar -sobre todo, niños y ancianos- y tienen que someterse a una técnica muy molesta, como es la broncoscopia -como última alternativa-. Un equipo de investigación liderado por la microbióloga del Chuvi Gema G. Mediero acaba de demostrar que, aplicando técnicas de biología molecular, la saliva es una alternativa diagnóstica válida y rápida.

La investigación dirigda por la doctora Mediero, surge a propuesta del profesor de la Universidad de Santiago, Pedro Diz Dios, y en él han participado también el doctor Rafael Vázquez Gallardo, responsable de la Unidad de Tuberculosis del Nicolás Peña, y la doctora María Luisa Pérez del Molino, de Microbiología de Santiago. Una de las dos técnicas analizadas ha arrojado un 85,8%, cifra que oscila dependiendo de la intensidad de la infección. Han efectuado este estudio con 52 personas -32 enfermos de tuberculosis y 20 sanos- y ahora prevén ampliarlo a la vista de los buenos resultados, que han publicado en la revista Oral Diseases y han presentado en el Congreso Nacional de Microbiología.

La doctora Mediero explica que el estudio tiene dos importantes vertientes. La primera es que se comprueba la posibilidad de diagnosticar la tuberculosis de forma temprana, ya que estos análisis de saliva tardan en torno a 4 horas, mientras los cultivos de los esputos -para recuperar el bacilo de Koch, que es la bacteria que provoca esta enfermedad- pueden demorarse dos o tres semanas. No es que, en la mayoría de los casos, el diagnóstico en saliva vaya a sustituir a los cultivos, necesarios para confirmar el diagnóstico y conocer el grado de sensibilidad al tratamiento antimicrobiano (antibiótico). Sin embargo, sí se pueden adelantar medidas de reclusión del paciente para evitar el contagio a otros.

Aunque por sistema la saliva no debe sustituir al esputo, si podría ser un primer paso en aquellos casos en los que serían necesarias técnicas más invasivas para obtenerlo, como la broncoscopia. Este procedimiento, que se realiza mediante la introducción de un tubo por las vías aéreas, es un proceso duro para el enfermo -que muchas veces son mayores o niños- y conlleva contraindicaciones o algún efecto secundario, según explica el doctor Vázquez Gallardo, que la califica de "cruenta". Además, la programación de esta prueba conlleva unos días de demora en el diagnóstico.

La segunda vertiente del estudio es que sus resultados respaldan que el contacto interpersonal cercano es una fuente de transmisión importante. "Si a través de la saliva somos capaces de poner de manifiesto la presencia del bacilo, ese microorganismo puede transmitirse de una persona a otra con total seguridad, sobre todo en casos de personas con respuesta inmunitaria vulnerable", expone la microbióloga. Todo ello resulta de gran importancia en Galicia , donde la tasa de incidencia de la tuberculosis es superior a la media y donde el diagnóstico se demora dos meses, según reconoció recientemente el Sergas.

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