La piel de la ciudad se engalana con tatuajes. Entre el domingo y ayer, martes, finalizaron sus murales Peri, en las fachadas del colegio Illas Cíes; Alejandro Fernández, quien pintó una medianera en la confluencia de las calles Gregorio Espino y Urzáiz; y el célebre artista Darío Álvarez Basso, quien -tras semanas de trabajo en un taller situado en Esturáns- ayer por la tarde desplegó su impresionante "Colono Atlántico", pintado sobre una lona de 25x9 metros, en una medianera de la calle Areal, muy próxima a la estación de Guixar.

Las pinturas se suman a la media docena que a lo largo de los últimos días han ido firmando diversos artistas, en el marco del programa municipal para embellecer muros y fachadas. El pintor Xavier Magalhaes culminaba el viernes su mural en el entorno de la Pinacoteca, en el casco Vello. Antes ya lo habían hecho Nelson Villalobos, en Blein Budiño; Ash Santos Hermo, encargado de decorar el parque Camilo José Cela; el colectivo Ewa, cuya obra ya luce en Navia; Antony, quien pintó el muro de la sede vecinal de Lavadores; y Elisa González, autora del impresionante mural de cerca de 400 m2 que decora una medianera de Vía Norte.

Siguen trabajando Pow, en una fachada del número 51 de la calle Zaragoza, que ya acoge varios murales que él mismo pintó a lo largo de los últimos años; y Liqen, en una medianera situada en el número 66 de Hispanidad. Sus murales avanzan a buen ritmo y ambos artistas confían en finalizarlos en breve. Ayer por la mañana, Liqen calculaba que su impresionante pintura quedará lista hoy mismo.

Pelucas trabaja también en las escaleras de la calle Don Quijote y su diseño va tomando forma poco a poco sobre una superficie que hasta hace apenas una semanas lucía sucia y descolorida. Queda pendiente el mural del número 55 de la calle Zaragoza. En el futuro Alejandro Fernández dibujará un poema en la entrada de O Calvario, que pondrá el broche a su diseño.

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