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El ADN del visón revela que la colonia de Cíes creció sin ejemplares de la costa

Un estudio pionero dirigido por el biólogo Alberto Velando reconstruye su demografía en Islas Atlánticas a partir del análisis genético de excrementos y animales capturados

Un estudio pionero liderado por la Universidad ha reconstruido la demografía del visón americano en el parque nacional Islas Atlánticas a partir del análisis genético de más de 200 muestras extraídas de excrementos y de ejemplares capturados. Los resultados obtenidos revelan que esta especie invasora se reprodujo en ambos archipiélagos tras una entrada masiva reciente y no registró grandes aportes procedentes de las colonias asilvestradas de la costa, lo que ha acabado por facilitar su casi completa erradicación.

El proyecto está liderado por Alberto Velando, responsable del Laboratorio de Ecología del Comportamiento, y se ha desarrollado durante los últimos tres años con una financiación estatal de 101.000 euros dentro de la convocatoria de la red de parques. Las primeras publicaciones científicas comenzarán a ver la luz a lo largo de 2015.

Los investigadores recogieron muestras para poder determinar la abundancia de la especie en el parque y en diferentes localizaciones de la costa, desde Corrubedo hasta Cabo Silleiro. Incluso inspeccionaron zonas sin colonizar para ratificar su ausencia.

"El genotipado demuestra que los visones de Cíes y Sálvora se parecen más entre ellos que a los de la costa. Puede haber una pequeña conexión, pero un ejemplar del Miñor difiere genéticamente más de otro del parque que de uno de O Morrazo o del Barbanza. Los reproductores que nutren al parque no son los mismos. Las poblaciones silvestres no son la fuente, sino escapes más recientes derivados de las sueltas de granjas realizadas por grupos autodenominados de liberación animal desde principios de 2000", explica Velando.

A través de su información genética, los biólogos están reconstruyendo la historia individual de cada visón y el grado de parentesco. "Es relativamente bajo, lo que indica que había bastantes reproductores. La genealogía indica que en Cíes eran 30 desde 2008, 15 machos y 15 hembras, y en Sálvora, 20. También hemos podido estimar que en Cíes tenían una tasa de vida de 2 años y medio y en Sálvora, de 3."

La catedrática del área de Genética Paloma Morán fue la encargada de realizar estos análisis de ADN. "Ha sido mi primera colaboración con el grupo de Velando y he trabajado genial. La técnica que utilizamos es rutinaria pero los excrementos están sometidos al sol o la lluvia y el material genético se encuentra muy degradado. Y además los visones son carnívoros por lo que se pueden encontrar restos de otros mamíferos. Se analizan microsatélites que se amplifican, pero los resultados son fiables. Es más fácil con las muestras de pelo de las orejas de animales capturados en trampas", detalla.

Erradicación "modélica"

Los investigadores destacan la colaboración prestada por el personal del parque Islas Atlánticas, así como por el biólogo Rafael Romero, responsable de las campañas de control del visón. El esfuerzo realizado ha logrado erradicar prácticamente la especie en Cíes y Sálvora y ya apenas se capturan ejemplares. "La erradicación ha sido bastante novedosa y modélica, sobre todo, teniendo en cuenta que no han contado con excesivos medios", subraya Velando.

En los últimos años se han llegado a apresar unos 60 ejemplares entre los dos archipiélagos pero solo uno de ellos era reproductor. Los juveniles son presa fácil porque desconocen las fuentes de alimentación, sin embargo, los adultos "son más desconfiados", apunta Romero.

"Hasta ahora se creía que la posibilidad de erradicación era baja si no se capturaban reproductores, pero en el parque no ha sido así. Al no haber tasa de reposición ni otras fuentes de entrada, los adultos acaban muriendo. El proceso es más lento pero es una demostración de que es posible", destaca Velando.

El biólogo aboga por extender el control a las poblaciones asilvestradas de la costa: "Que hasta ahora no hayan sido la principal fuente no quiere decir que no lo sean en el futuro y además también empujan a los ejemplares liberados hacia zonas donde no hay otros visones. Se podría empezar en O Morrazo, que es casi como una isla. En Escocia, la Universidad de Aberdeen ha puesto en marcha iniciativas para erradicarlos en enormes extensiones".

Romero comparte esta opinión: "Las campañas en el parque están dando resultados, pero el problema sigue estando en la costa. Los visones pueden llegar a las islas".

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