Miles de personas se sumergieron ayer en el Vigo del siglo XIX para preparar la gran batalla contra el ejército francés, que cuenta las horas para ser expulsados por mar y poner fin de esta manera a los dos meses de ocupación de las tropas de Napoleón. La jornada festiva en la ciudad fue aprovechada por los asistentes para tomar las calles y plazas del Casco Vello desde primera hora de la mañana.

Los más de 250 puestos del mercado de comida y artesanía no dieron abasto para atender al gentío que, mayoritariamente vestido con atuendos de 1809, disfrutaba de la Fiesta de la Reconquista, que se convirtió en la mejor excusa para disfrutar de una jornada en familia por las agradables condiciones meteorológicas. También recorrieron el Casco Vello, entre otros, la candidata del PP a la Alcaldía, Elena Muñoz; la conselleira de Medio Ambiente, Ethel Vázquez; y la delegada de la Xunta en Vigo, María José Bravo Bosch.

La música y las actuaciones para niños también fueron puntos de atención durante toda la jornada de ayer. La Praza da Pedra albergó toda la tarde una foliada popular, mientras que Lagharteiras, Maghúa o Os Melidaos, entre otros, protagonizaron los conciertos, intercalados con las gaitas y panderetas de los pasacalles y su música tradicional.

Sin embargo, un ojo de todos estaba puesto en la jornada de hoy, cuando a partir de las 18.00 horas en la Porta do Sol se representará la expulsión del ejército galo de la ciudad, una actuación en la que participan centenares de personas y que terminará con los soldados franceses escapando sin mirar atrás por la ría de Vigo tras verse desbordados por el fervor del pueblo, liderado por héroes como Pablo Morillo, Carolo o Bernardo González del Valle, el coronel Cachamuiña, para recuperar su ciudad.

Polémica

El Consorcio del Casco Vello denuncia que efectivos de la Policía Local y del Concello les obligaron a desmontar a las tres de la tarde el puesto montado para repartir información y dar detalles sobre la recuperación del barrio. El organismo señala que contaba con los permisos de la organización.

Fuentes municipales explican la decisión esgrimiendo que el puesto no respondía al concepto de venta de objetos caracterizados de época ni al espíritu de la fiesta, sino que estaban repartiendo folletos con anagramas políticos.