El paseo del Lagares será mejorado en los 8,3 kilómetros de recorrido desde el puente de la avenida de Madrid hasta la desembocadura en Samil en los próximos meses con una inversión del Concello superior a los 600.000 euros. El proyecto municipal incluye una serie de obras de acondicionamiento básicas, como la reparación del pavimento donde presenta deficiencias o la instalación de bancos y papeleras, pero también otras con medios avanzados como iluminación con control de presencia, encendiéndose al paso de quienes transiten por la senda. "Se colocarán balizas de bajo consumo que se apagan cuando no circulen peatones, con lo que se respeta la fauna nocturna además de conseguirse ahorro energético", señalan técnicos encargados del proyecto. La previsión de la Concejalía de Fomento es iniciar las obras a finales de abril, pero para ello es precisa la autorización previa del ente autonómico Augas de Galicia.

Uno de las principales quejas de los usuarios es, precisamente, la falta de iluminación, lo que hace incómodo el paseo por la noche, y aún más su utilización por los deportistas que acuden a hacer ejercicio en esa ruta. Para elegir la iluminación los técnicos han tenido en cuenta que cause el menor impacto posible sobre el entorno natural, además de la eficiencia energética, de ahí que se optase por iluminar solo el itinerario al paso de los peatones y ciclistas.

Otra de las actuaciones proyectadas mejorará las vistas en los tramos más urbanizados. El Lagares cruza varias zonas industrializadas tras el crecimiento desordenado en las pasadas décadas en las cercanías del río. Para hacer más agradable el paseo el plan incluye la colocación de pantallas con vegetación donde haya en el entorno naves o aparcamientos, como ocurre en la zona de Sárdoma o las inmediaciones del Camiño do Caramuxo.

La mejora de la información sobre la fauna, flora y demás valores ambientales del río es otro de los aspectos que se ha tenido en cuenta, y el proyecto incorpora no solo paneles informativos, sino tecnología con lectores de códigos QR que, mediante una aplicación de smartphone, permiten a los usuarios obtener datos en sus teléfonos móviles sobre el río vigués. Además se instalará señalización a lo largo de la ruta.

Los técnicos han chequeado el recorrido en los 8,3 kilómetros, identificando los problemas y necesidades, y diferenciando los tramos con obras acordes a las mejoras que requiere cada uno. El pavimento será reparado donde presente daños y en algunos puntos es necesario estabilizar taludes, así como colocar barandillas para reducir el riesgo de caídas. También se encauzarán en algunos puntos las aguas de pluviales, ya que provocan erosión y forman charcos.

Fuentes y bancos

Además se colocarán en diversos puntos bancos y fuentes, otras de las demandas que ha recibido el Concello. Las papeleras completarán el mobiliario en el largo y transitado tramo. El ámbito que abarca la mejora prevista comprende dos tercios del trazado del río.

La inversión se realizará con cargo a la concesionaria del abastecimiento de agua y el saneamiento Aqualia dentro de las mejoras ofertadas por la empresa por la prórroga del contrato aprobada en 2011 durante cinco años, lo que coloca el vencimiento en 2020. El proyecto será remitido a la Xunta para que lo supervise y dé su autorización, ya que tiene las competencias sobre el Lagares.

El pasado mes de febrero el alcalde anunció que solicitaría la cesión al Concello del dominio sobre el cauce y la ribera por considerar que "merece" un cuidado mayor del que recibe de la Xunta de Galicia y tratarse de un río que nace y muere dentro del mismo municipio. Como ejemplo de las limitaciones que genera el hecho de que la competencia no sea municipal citó los daños causados por los temporales hace dos años en el paseo en el tramo entre la avenida de Madrid y Castrelos. El mal tiempo provocó un derrumbamiento y dos años después no se ha repuesto. El Ayuntamiento carece de la capacidad legal de actuar por su cuenta y reparar los daños.

Para que la Administración olívica obtuviese el dominio sobre el río y su entorno sería necesaria una reforma legal, ya que se trataría de una medida inédita en España.