"Antes nadie se fijaba en el carrito del cartero. Las cartas solo las quería el destinatario; otra cosa distinta es lo que más repartimos en estos momentos. Objetos de todo tipo que la gente compra por internet. Y esto nos expone a los robos, de hecho, ya los estamos sufriendo". Xesús Lijó, de CGT, es uno de los delegados sindicales de la plantilla de Correos en Vigo que junto a Antonio García, de CIG, han intentado en varias reuniones del Comité de Seguridad y Salud, a nivel comarcal y provincial, que la compañía postal preste atención sobre una problemática que, afirman, "va en aumento". Como solución proponen un cambio en el medio de carga o aplicar en el ya existente medidas que eviten los hurtos, como una sencilla cerradura o incluso un candado. Desde Correos en Galicia avanzaron ayer que ya trabajan "en un modelo de carrito que se adecúe a los nuevos envíos".

Como a Correos, a los carteros tampoco les agrada dar muchas pistas sobre el contenido de sus carritos. Entienden que eleva el riesgo a que los delincuentes los tengan en su punto de mira, aunque por otra parte admiten que cualquiera puede suponerlo. El boom de las compras en webs ha llenado el vacío generado por el desplome de la correspondencia ordinaria. Aun siendo importante, el número de sobres ni pesa ni ocupa tanto como los paquetes, muchos procedentes de China, y con el membrete de Amazon o Aliexexpress. "Llevamos de todo. Móviles, zapatos, ropa, discos... Y hasta bastones para hacerse selfis", apunta un cartero.

Los paquetes que viajan en esos carritos amarillos pesan menos de 500 gramos. El repartidor tiene dos opciones de entrega: introducirlo en el buzón o si es muy voluminoso y no entra por la ranura, entregarlo directamente al destinatario desplazándose hasta la puerta de su domicilio. Y aquí es donde surge el riesgo al robo. Los sindicatos sostienen que en muchas ocasiones los carteros se ven incapaces de cumplir con la obligación de no perder de vista su singular equipaje. Por ejemplo, cuando acuden a edificios sin ascensor. Si coincide que ese día portan 20 paquetes para entregar -"No es una exageración", añade Lijó- optan por dejarlo en el descansillo de la entrada para no cargar con todo el peso por las escaleras. Son solo unos minutos, pero cruciales para quienes viven pendientes de este tipo de descuidos.

Respecto a cuántas denuncias se han presentado en Vigo por robos sufridos durante el reparto, los sindicatos no ofrecen datos. Tampoco Correos, desde donde destacan que la compañía "dispone en toda España de un protocolo para garantizar la seguridad de los envíos tanto en sus edificios como en las entregas en los buzones y en el reparto". No niega que ocurran pero precisa que "cualquier hurto que se produzca es una anécdota dentro de la cantidad de envíos que se manejan". Los representantes recelan de esta afirmación. Argumentan que la compañía impuso hace menos de un mes ese llamado "Protocolo de Seguridad en el Reparto" enfocado a reforzar la protección sobre el reparto que para los sindicatos supone el reconocimiento implícito del problema que ya denunciaron ante los citados comités. A grandes rasgos, dicha directriz obliga al cartero a custodiar su carrito en todo momento. "O el trabajador será el responsable. Así buscan ahorrarse indemnizaciones", avisa García.

Según la compañía, pronto se aplicarán medidas más tangibles, como un nuevo modelo de carrito. Ya realizó una prueba piloto y anuncia que "en breve" comenzarán a fabricarse. Así que tal vez incluyan algún sistema de cierre e incluso sean más grandes.