La mayor parte de los casos de daño cerebral están ocasionados por ictus, pero el otro 20% se deben a otras cuestiones como golpes en la cabeza o tumores. El tiempo de respuesta en el ictus, o infarto cerebral, es clave para evitar secuelas, por ello las sociedades científicas recomiendan que haya una cama por cada 100.000 pacientes. En Galicia solo hay un unidad de ictus,, en Santiago, con cuatro puestos. El Sergas se ha comprometido a habilitar otra, para 6 pacientes en fase aguda, en el nuevo hospital de Vigo. La Federación Galega de Dano Cerebral reclama que se amplíe su ámbito de actuación y cubra la atención a todas las lesiones cerebrales, ya que no hay ningún departamento especializado que lo haga en toda la comunidad. Solicita también que se dote con los medios suficientes y entiende que "es una inversión, no un gasto".

La Gerencia del área sanitaria de Vigo confirmó ayer que el nuevo hospital contará con la segunda unidad de ictus de Galicia, pero que "no está contemplado en un inicio" que se incluya en ella la atención a las otras causas de daño cerebral. Estas patologías seguirán siendo atendidas "en su servicio de referencia".

El secretario y portavoz de Fegadace, Fidel Castro Rodríguez, denunció ante la comisión parlamentaria de discapacidad, las "importantes carencias" en los diferentes niveles de la asistencia pública a este colectivo, que calcula que asciende a 35.000 gallegos. "Las asociaciones lo estamos haciendo todo", reprueba. Para paliar la situación con los recursos necesarios, expone que es indispensable realizar primero un "estudio epidemiológico serio y exhaustivo". Ya tienen una idea, fundada en la experiencia, de lo que se necesita. En la fase aguda, la hospitalaria, reclaman que no se desaproveche la "magnífica oportunidad" que ofrece la inauguración de Beade para crear la primera unidad de daño cerebral gallega. Para la siguiente etapa, la de la rehabilitación -necesaria como mínimo durante un año, para minimizar las consecuencias de la lesión-, piden la creación de centros públicos con equipos multidisciplinares. En Galicia no hay ninguno y el de referencia está en Madrid. "Solo logra acceder a él un porcentaje muy pequeño", asegura Castro. Ya en la fase crónica, el enfermo puede entrenar las neuronas que se han salvado para suplir las dañadas, en centros de día. Estos dependen de las asociaciones. Vigo tiene a Alento que, de sus 100 plazas, solo 19 están concertadas, por lo que 40 están vacías por falta de recursos de la asociación y las familias. También cuenta con 30 plazas de residencia -para pacientes en estado vegetativo y respiros familiares- , pero están vacías por falta de concierto. Los vigueses tienen que irse a Lugo para ello.