Las ayudas millonarias de la Xunta a Ryanair en Lavacolla rompieron el sistema aeroportuario gallego y el Partido Popular, y en concreto el exconselleiro de Infraestructuras y ahora alcalde de Santiago, Agustín Hernández, no parece dispuesto a cerrarle el grifo pese a sus incesantes llamamientos a la coordinación de las terminales gallegas cuando era responsable autonómico. Tras cerrar acuerdos con Vueling y negociar con Turkish Airlines, el regidor compostelano tiene previsto ya reunirse en Madrid a finales de enero durante la feria Fitur con personal de la low cost irlandesa para cerrar un acuerdo económico que le permita fijar una base de operaciones en la capital gallega. De fraguar, la compañía cumpliría más de una década en Galicia recibiendo subvenciones públicas, prácticamente todas procedentes de las arcas autonómicas.

El mismo conselleiro que financió en exclusiva a Ryanair en Santiago con en torno a cuatro millones de euros y que llegó a retirar dos años las ayudas a aerolíneas en Peinador y Alvedro mientras las mantenía en Lavacolla, fue también el que curiosamente reclamó la coordinación de las terminales gallegas de forma incesante. Ahora, en su cargo como alcalde y a escasos meses de las Elecciones Municipales, su tan repetido mensaje de cooperación parece haberse esfumado. Este mes Vueling anunció tres nuevas rutas desde Santiago solo una semana después de que Agustín Hernández se reuniera en la capital gallega con responsables de la aerolínea. Ahora suma al menos otras dos negociaciones en marcha: Ryanair y Turkish Airlines.

La compañía irlandesa no parece estar dispuesta a dejar escapar una nueva oportunidad de seguir captando subvenciones. Solo de la Xunta ha recibido ya más de siete millones de euros (se implantó en 2005 con el convenio plurianual firmado por el gobierno de Fraga que mantuvo el bipartito PSOE-BNG y que el Ejecutivo de Feijóo llegó a renovar hasta en dos ocasiones). Como de costumbre, la compañía ha anunciado que tiene un ambicioso plan para Lavacolla. Habla de una base y de un incremento de hasta el 45% de viajeros. No es la primera vez que lo hace y que incluso llega a eliminar enlaces para presionar. En 2010 le funcionó. El presidente autonómico amagó con cesar las ayudas y Ryanair retiró sus tres vuelos internacionales. El chantaje no solo funcionó, sino que los responsables autonómicos tuvieron que ir a Dublín a negociar -como exigió la aerolínea- y rubricar un contrato a tres años con un gasto para las arcas autonómicas a razón de un millón de euros anual. También ahora Ryanair ha reclamado al Concello de Santiago que la reunión sea en Irlanda, aunque finalmente será en un punto intermedio: está fijada en Madrid con motivo de la celebración a finales de enero de la Feria Internacional de Turismo.

"Las ayudas a aerolíneas fracasaron". Ésta fue una de las excusas que puso el exconselleiro de infraestructuras y ahora alcalde de Santiago en 2012 para eliminarlas en Peinador y Alvedro, aunque las mantuvo durante dos años más en Lavacolla. El reguero de fondos nunca cesó en Santiago pese a sus contradictorios llamamientos a la cooperación entre las terminales gallegas. Ahora tampoco se frenan, ya que las negociaciones del alcalde compostelano están abiertas con al menos tres compañías aéreas.

Pero su negociación unilateral no solo se contradice con su discurso de coordinación como conselleiro, sino también con su llamamiento a esperar a las decisiones del Comité Aeroportuario de Galicia creado por el Ministerio de Fomento para negociar en conjunto las rutas a las que deberían optar los aeropuertos gallegos. Ahora, al igual que desde la Xunta, su máximo apoyo se centra en Lavacolla.