Las inscripciones en el censo de discapacidades en la ciudad se han disparado. Si en 2012 se inscribieron 765 nuevas, el año pasaron fueron el triple. Es un aumento global del 6,4%, con lo que el registro se aproxima a las 37.500 minusvalías. Más de una por cada ocho vigueses. Tanto la incidencia como el ritmo de crecimiento son superiores a los sufridos en el resto de la comunidad. Los expertos atribuyen el ascenso, en parte, a la agilización de los trámites de valoración de las solicitudes de discapacidad. También sospechan que los apuros económicos han empujado a muchos a reconocer administrativamente su discapacidad para poder aprovechar las ayudas fiscales.
Los últimos datos publicados por la Consellería de Traballo e Benestar corresponden al cierre de 2013 y revelan la existencia de 37.445 minusvalías, lo que no quiere decir que este colectivo lo integren tantos vigueses, ya que una misma persona puede sufrir varias. El incremento anual es del 6,4%, con una media de seis nuevas inscripciones al día. Son casi el triple que las 765 en que se elevó el censo en 2012.
Los vigueses son los responsables de una sexta parte del aumento del censo gallego. Además, el ritmo al que, de media, se engrosa este registro en la comunidad es menor que en la ciudad olívica. En concreto, dos puntos más bajo -4,4%-. También la tasa sobre la población es más elevada en Vigo. Mientras que por cada ocho vigueses hay más de una discapacidad oficializada, en Galicia la media es de menos de una minusvalía por cada nueve habitantes.
En lo que sí coinciden los datos locales y los gallegos es en que son las psiquiátricas las que experimentan las subidas más acusadas -en términos porcentuales-, aunque las físicas siguen siendo las predominantes -57,18%-. Las enfermedades mentales y deficiencias intelectuales -que suponen el 28% del total- crecieron un 7,67%, dos puntos más que las físicas. También las sensoriales, que afectan a la vista y el oído, aumentan a un ritmo ligeramente superior -6,5%-, aunque siguen siendo las minoritarias.
Son las mujeres las que, de largo, más discapacidades resgistran en los tres tipos de minusvalías. La diferencia es más acusada en los casos más graves -incapacidades superiores al 74%-, donde las féminas son más del doble. En las psiquiátricas en concreto, suponen casi el triple. Una de las explicaciones posibles a esta desigualdad es la mayor longevidad de las mujeres.
El grupo de edad que más trastornos mentales o intelectuales registra es el de 30 a 49 años, mientras que en las discapacidades físicas destaca el de 50 a 64 años y en las sensoriales, los mayores de 75.
La mitad de las minusvalías registradas por los vigueses son leves, de entre un 33 y un 64%. Menos de un tercio son discapacidades intermedias -entre un 65 y un 74%- y las graves representan poco más de la quinta parte. Sin embargo y aunque sea por poco, son estas últimas las que más han aumentado, con un 6,7%.
El presidente de la Confederación Gallega de Personas con Discapacidad, Anxo Queiruga, cree que el notable aumento del censo vigués se debe a que "había importantes retrasos en la valoración de los solicitantes del certificado de discapacidad en el sur de Galicia", una situación que se estaría resolviendo. También entiende que los problemas económicos pueden estar empujando a pedirlo a quienes "antes escondían su enfermedad", ya sea para beneficiarse de las deducciones fiscales, o para solicitar una pensión no contributiva o la Renda de Integración Social de Galicia (Risga). Sospecha que esta situación pueda estar elevando las inscripciones, al igual que antes pasó con la puesta en marcha de la Ley de Dependencia o cuando se empezaron a habilitar las plazas de aparcamiento para personas con discapacidad física.
Haz click para ampliar el gráfico
Anxo Queiruga - Presidente de Cogami
"En el sur había bastante retraso en el proceso de valoración"
