-Ustedes tienen una visión directa del mercado inmobiliario. ¿Repunta?
-Muy poco. En mi despacho, veo que se empieza a mover la vivienda de segunda mano, pero en precios muy bajos, muy inferiores a los de adquisición.
-Se desplomó la actividad inmobiliaria. ¿Aumenta la demanda de otros servicios? Por ejemplo, se ha publicado que crecen las consultas para desheredar a hijos.
-Quizá, el más notarial de nuestros sectores es del testamento. Eso no decayó nunca y, quizá, está aumentando al crecer la longevidad. Son más frecuentes las personas que fallecen con dos o tres testamentos a lo largo de su vida. Los costes para ellos son mínimos, tanto que están por debajo de sus gastos de producción. Pero mejor eso que nada.
-¿Cómo valora el cambio en el Ministerio?
-Muy bien. Ojalá resuelva los problemas de la Justicia, que son un reto increíble. Los notarios no creo que le causemos demasiados
-Bueno, ahora tienen en las Cortes la reforma de la Jurisdicción Voluntaria. ¿Se ve oficiando bodas?
-Nunca me imaginé que pudiese estar entre mis misiones, sobre todo, desde el punto de vista de la concepción consensualista del matrimonio, donde los únicos personajes necesarios son los contrayentes. Los demás sobrábamos. ¿Qué quieren poner al notario? Pues, si no me queda más remedio, iré y cumpliré. La ley también nos da competencias en divorcios consensuados? Si se lleva a cabo, agilizará mucho los trámites.
