Una operación iniciada en Granada ha llevado a prisión a N.B., vecino de Vigo, acusado de corrupción de menores y ciberacoso mediante el método "grooming". El hombre, natural de Argentina, de 38 años de edad, divorciado y actualmente con pareja, era monitor deportivo en un colegio de Vigo donde impartía baloncesto a un equipo de niñas. Una actividad que compatibilizaba con la de portero de pubs y discotecas en conocidos locales de la ciudad, uno de ellos en el Areal.

La investigación apunta la existencia de unas 142 afectadas por toda España, si bien hasta el momento la Guardia Civil ha identificado a 13 víctimas -de entre 11 y 17 años de edad- de las que diez residen en Vigo, una en Jaén, otra en Cádiz y la última en Granada. Fue la madre de esta niña quien denunció lo que sucedía tras descubrir un whatsapp pornográfico que un hombre había enviado a su hija, de 12 años de edad.

El monitor escolar, bajo el perfil de una menor que decía llamarse Daniela Martínez, contactaba con las niñas a través de Tuenti y después de "captarlas" ofreciéndoles dinero o regalos intercambiaba con ellas archivos pornográficos utilizando whatsapp, según fuentes de la investigación.

El equipo telemático de la Guardia Civil de Granada abrió la denominada Operación Castaja el pasado 27 de marzo y siguieron el rastro en la red hasta Vigo. Descubrieron que aunque el titular del teléfono móvil y del servicio desde el que operaba Daniela Martínez era una mujer, ahora pertenecían a N. B. Por eso viajaron hasta Vigo donde fue detenido hace ya dos meses y enviado a prisión provisional sin fianza. Sin embargo no fue hasta ayer, que el juzgado de Granada levantó el secreto de sumario, cuando se hizo público el caso en una rueda de prensa en la ciudad nazarí.

Los datos facilitados sobre la operación resaltan que en el registro del domicilio del vecino de Vigo se intervinieron el teléfono móvil que utilizaba para contactar con las niñas y un reloj de pulsera que afianzó su identificación, ya que aparece en muchas de las fotos que enviaba a sus víctimas.

Los investigadores sostienen que tras el contacto en la red social, Daniela Martínez se hacía amiga de las pequeñas y cuando se ganaba su confianza las convencía para que contactaran con un adulto, que era él mismo, a través de whatsapp y le enviasen fotos íntimas. Una vez realizado el contacto, el monitor les prometía dinero o regalos si le enviaban fotos o vídeos íntimos o pornográficos. Para reforzar la idea él les enviaba fotografías de este tipo, siempre según fuentes de la investigación.

En cuanto una de las niñas caía en la trampa y le enviaba una fotografía delicada, explican los investigadores, el presunto ciberacosador la amenazaba con hacerla pública en las redes sociales, o incluso le aseguraba que la iba a imprimir y la colgaría en el tablón de anuncios de su colegio o instituto, como chantaje para que continuaran enviándole más archivos de contenido pornográfico. Una de las víctimas identificadas por la Guardia Civil confirmó a los agentes que contactó con el presunto acosador y que éste le pagó 180 euros por unas fotografías que le había enviado por internet.

N.B. fue detenido hace dos meses en Vigo y el juez le envió a prisión provisional. Desde entonces permanece en el centro penitenciario de A Lama.

Aunque su detención tuvo lugar hace dos meses, hasta ayer no trascendió. En el colegio Apóstol Santiago donde entrenaba a las niñas del equipo junior e infantil de baloncesto (entre 14 y 16 años de edad), la sorpresa era grande entre padres y profesores. Nadie sabía nada, excepto la directora de Primaria y la directora general del colegio, así como el superior de la Orden. La directora, María José Alonso, explicó a FARO DE VIGO que la Guardia Civil visitó el centro durante la investigación y les pidió completa discreción.