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La policía apunta que la roca que hirió de gravedad al ciclista se colocó con "malicia"

La investigación aprecia "indicios" de que tres miembros de la comunidad de montes cometieron un presunto delito de imprudencia grave con resultado de lesiones »La juez levanta el secreto de sumario»

Ciclistas y policías, en la senda del Monte Alba, el día del fatal accidente. // FdV

Las pesquisas de la policía sobre el accidente que el 4 de septiembre ocasionó graves lesiones medulares a un ciclista que descendía por el Monte Alba arrojan una conclusión demoledora: la gran roca contra la que impactó la víctima, Diego, fracturándole varias vértebras y costillas, estaba atravesada en la senda de una forma "consciente", "maliciosa" y "a todas luces estudiada". Fueron una o varias personas quienes la colocaron allí, en mitad de un camino frecuentado por bikers y a escasa distancia de otras dos peñas de tamaño similar situadas al final de una curva y a apenas 500 metros de troncos tronzados sobre el sendero. Según se desprende de un informe policial al que ha tenido acceso FARO, los investigadores plantean que la intención de los autores podría ser alejar a los deportistas del monte. El dossier oficial cuestiona que el o los responsables buscaran ocasionar las graves lesiones que sufrió Diego; pero reconoce, en cualquier caso, que el riesgo resultaba más que evidente.

Durante sus pesquisas los agentes han recabado "indicios" de que tres personas vinculadas a la Comunidad de Montes de Valladares -J.C.A, de la junta directiva; A.V.A, responsable de plantilla; y R.P.G, trabajador- tuvieron una presunta responsabilidad en lo ocurrido, razón por la que la policía aprecia un supuesto delito de imprudencia grave con resultado de lesiones. El informe reconoce no obstante que no hay testigos que lo corroboren. El Juzgado de Instrucción Número 6, que lleva el caso, acaba de levantar el secreto de sumario tras citar a declarar el pasado martes 14 a cuatro imputados por un delito de "lesiones por imprudencia". Además de los ya señalados, la magistrada habría llamado a un cuarto implicado, trabajador de la comunidad de montes. Todos se habrían negado a declarar. Durante los próximos días se espera la comparecencia de varios testigos. Una vez finalizado el proceso, será la jueza quien esclarezca si existen responsabilidades y, en ese caso, cuáles son y qué consecuencias les acarrearían.

El fatal accidente ocurrió en el Monte Alba el jueves 4 de septiembre, a media tarde. Diego, de 38 años, bajaba con su bicicleta por una senda frecuentada por bikers cuando durante un salto vio una gran roca atravesada en el camino. Una cámara sujeta a su tórax grababa la secuencia: el deportista no tuvo tiempo de corregir la trayectoria y cayó sobre la peña, con una violencia que le rompió varias costillas y provocó fracturas y luxaciones en la columna vertebral. Debido a la gravedad de las lesiones ingresó en la UCI de Povisa. De allí, por las características de sus heridas, se trasladó al Hospital Juan Canalejo de A Coruña.

Minutos antes del terrible accidente, varios agentes habían acudido ya a la zona tras recibir llamadas de ciclistas que alertaban de la presencia de obstáculos peligrosos en la senda. En ese instante uno de los ahora imputados, J.C.A, habría reconocido a un policía que los árboles inclinados sobre el camino se talaron para impedir el paso de ciclistas. Tres testigos sostienen que J.C.A. incluso admitió haber ordenado colocar las piedras en el camino durante una conversación personal. Con posterioridad el imputado negó recordarlo. Otro de los llamados a declarar por el Jurado de Instrucción Número 6 de Vigo la pasada semana, A.V.A, asegura que no visitaba la zona del siniestro desde hacía un año. Los imputados reconocen que a media tarde, en torno a las 17.30 h., había una cuadrilla de la comunidad de montes de la parroquia en la zona conocida como "Cubiles".

El informe oficial resalta como "concluyente" y "determinante" el testimonio de dos grupos de testigos: el primero recorrió el camino sin cruzarse con ningún obstáculo; poco después una segunda pandilla de ciclistas que descendía por el mismo sendero, se encontró con trabajadores de la comunidad de montes y se dio de bruces, acto seguido, con las "trampas" en la ruta.

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