El FemtoXat, creación de la Universidad de Vigo, que comenzaba a tomar cuerpo en 2011, será enviado al espacio en la segunda mitad de 2015, momento en el que se convertirá en el tercer satélite que el campus vigués ponga en órbita, tras el Xatcobeo y el Humsat-D.

La fabricación del FemtoXat, íntegramente mediante impresión 3D en metal y polímero, su compatibilidad parcial con el estándar cubesat y un diseño que implica la extrema miniaturización de componentes mecánicos y electrónicos hacen de esta creación un satélite único en el mundo.

"Ni en España, ni en el mundo existe otro satélite como FemtoXat", explica José Antonio Vilán, investigador principal del proyecto, coordinado por Fernando Aguado, responsable de la agrupación Aeroespacial de la Universidad, que asegura: "Hay algunos similares pero no comparten el concepto del nuestro".

Quince personas trabajan en sacar adelante el proyecto, en la fase crítica en la que se decide el diseño y la configuración final del satélite. Superada esta fase, se procedería a la fabricación de los modelos de vuelo, comprobándose que todo funciona correctamente, y si una vez integrado y probado, estuviera perfecto, se procedería a su lanzamiento.

Las ventajas del proyecto son varias. Por un lado, el FemtoXat formará parte como repetidor de la red Humsat, que tiene el objetivo de fomentar las capacidades en el sector espacial. Además, otro fin del satélite es aprovechar el conocimiento adquirido durante estos años de trabajo y desarrollar una plataforma propia sobre la que puedan aprender nuevos estudiantes.

También, al funcionar como repetidor dentro de la red Humsat, y con los mismos estándares de los subsistemas de sus dos satélites predecesores, podrá dar servicio de una manera diferente, lo que aumenta el alcance y la versatilidad de la red.

Condicionantes

El tamaño fue uno de los grandes condicionantes del proceso de diseño del FemtoXat. El límite de 400 gramos va directamente ligado a su diseño, que además de incluir componentes más ligeros y miniaturizados, debe permitir su fácil integración y su testeo. Según José Antonio Vilán, todo esto está condicionando el calendario del desarrollo del satélite, que finalmente tendrá un peso entre 300 y 325 gramos.

No solo esto determina el avance del proyecto. Por un lado, su carácter educacional hace más difícil establecer unos plazos firmes, explica Vilán que añade que las limitaciones presupuestarias también están provocando ciertos retrasos en el proyecto, que innova además en el método de fabricación mecánica mediante la impresión en 3D y también en el uso de ciertos materiales poco utilizados en el espacio.