El alcalde se muestra convencido de que el gobierno local posee "argumentos sólidos para ganar el recurso" presentado contra la sentencia que obliga a retirar la Cruz del Castro. Abel Caballero explicó ayer que "no hay discusión respecto a que era un monumento franquista", pero insistó en que la Corporación de 1981 despojó a la cruz "de toda simbología fascista" y lo convirtió en "un monumento a la concordia". Recordó que hay jurisprudencia en diversas ciudades españolas a favor de mantener cruces limpias de emblemas conmemorativos, y avanzó que "si no creyera que tenemos razones, no se presentaría el recurso".

Respecto al escudo franquista denunciado por el BNG y la Asamblea pola Memoria Histórica do 36 en Aduanas, Caballero insistió en que "deben pedir su retirada al Gobierno central". Aseguro que espera un dictamen de Patrimonio de la Xunta para proceder a retirar las inscripciones talladas en la piedra de las iglesias y sobre las que el gobierno local no puede actuar sin autorización.