La llegada del crucero más grande del mundo a Vigo tuvo una trascendencia para la ciudad sin comparación con la de la regata Volvo Ocean Race en 2005, o la Cutty Sark, rebautizada como Desafío Atlántico de Grandes Veleros, en 2009. El presidente del Puerto de Vigo, Ignacio López-Chaves, destacó ayer la repercusión "mediática, social y económica" de la escala del Oasis of the Seas el pasado sábado", superior", recalcó, a la de los citados eventos náuticos gracias sobre todo a la respuesta ciudadana. "Vigo estuvo a la altura", dijo en coincidencia a lo reconocido ayer a este periódico por la armadora, Royal Caribbean, que se declaró "muy contenta" con el multitudinario recibimiento a su buque. "Y con cómo se volcó la ciudad", agregó.

López-Chaves compareció en rueda de prensa junto al responsable de la consignataria Pérez&Cia. "La escala del Oasis sobrepasó todas las expectativas y superó con creces a lo que se vivió en Málaga o Barcelona", indicó Ramiro Cobo.

Al igual que el presidente del Puerto, Cobo agradeció la colaboración de todos los departamentos de la Autoridad Portuaria de Vigo, así como de todas las instituciones. Respecto a si la exitosa organización de esta histórica escala se traducirá en un aumento de cruceros, el consignatario recordó que "la Royal lleva años apostando por Vigo, pero esta experiencia posiciona estratégicamente al puerto para que en el futuro tengamos muchas más posibilidades", argumentó.

Tras subrayar que la presencia del Oasis es fruto de "un trabajo discreto de muchos años", López-Chaves afirmó que convierte al puerto en "una referencia". "Porque tenemos capacidad operativa, línea de atraque y calado suficiente y, sobre todo, organización", concluyó.

Un estudio de la Universidad de Vigo cifra en torno a 800.000 euros la repercusión económica de la escala. Pero al gasto efectuado por los 5.400 cruceristas que viajaban a bordo del buque, "hay que sumarle", apuntó López-Chaves, el de los miles de ciudadanos que se acercaron ese día al puerto para observar de cerca el descomunal casco. "Incluso hubo hosteleros que agotaron las existencias", abundó.