"¿Y esto es el centro de Vigo? Pues que me perdonen, pero está de auténtica pena". Esta sorpresiva declaración la hace el joven mosense Marcos G. a escasos 20 metros en línea recta de la calle García Barbón y a los pies de las torres Ifer. Se trata de la prolongación de la calle Serafín Avendaño hasta la 2ª Travesía de Callao. Son apenas 100 metros de piedras, tierra, baches, maleza e incluso basura que discurren por detrás de la antigua Metalúrgica. Es parte del "corazón" de la ciudad y prácticamente el único acceso para vehículos de multitud de vecinos del barrio de Eira y Canadelo Bajo. Llevan soportando esta situación desde hace años, pero cada vez va a peor. La reciente construcción en la zona de una canalización de las obras de la estación del AVE aseguran que empeoró todavía más el terreno por el tránsito de vehículos pesados.

Este céntrico callejón es utilizado también cada día por decenas de personas que prefieren "sacrificar" su coche antes de pagar la "zona azul". La defensa caída y golpeada de diversos coches les delata como habituales. Cada día estacionan decenas de turismos a ambos lados de la pista de tierra. Incluso furgonetas de grandes dimensiones. Los vecinos de la zona se encuentran con un embudo para poder acceder a sus viviendas. "La situación es crítica. No nos oponemos a que aparquen, pero por lo menos que se arregle la calle y estacionen en un solo lado. Hay veces que es una aventura llegar con el coche hasta casa", lamenta René Claures, que vive desde hace 4 años en este enclave.

En este barrio, por donde antiguamente pasaba la vía del tren que llegaba hasta O Berbés, viven bastantes personas de avanzada edad. Es el caso de Lola, una octogenaria que nació en la 2ª Travesía de Callao y que lamenta la situación en la que está el entorno. "Los taxis ya nos dicen que no vienen hasta aquí. Tenemos que bajar nosotros hasta Serafín Avendaño. Y lo entiendo, por que el callejón está que da pena. ¿Pero qué pasará el día que tenga que llegar una ambulancia?", se pregunta preocupada. Sobre las reclamaciones para que se repare el vial, todos los vecinos de la zona contestan lo mismo. "En el Concello nos dicen que se trata de terrenos del Adif, y el Adif dice que se los tiene alquilados al Concello. Unos por otros?", lamentan.

La grúa no interviene

Y es que según los afectados, ni siquiera la grúa interviene en esta calle que, por no tener, no tiene ni nombre. "Los agentes nos han dicho que no hay ninguna señal que impida estacionar", se queja el joven René Claures. La falta de mantenimiento le ha llevado incluso a él y su familia a echar tierra y arena de vez en cuando para mejorar el acceso hacia sus vivienda. "No vale de nada. En una semana vienen todos los coches aquí a aparcar, patinan y levantan todo de nuevo", lamenta.

Carmen, otra vecina del entorno de Eira, protesta por lo mismo. Además, y aunque confiesan que no han tenido problemas de seguridad, sí admiten que "da miedo" pasar a ciertas horas. "Venir por aquí de noche es un riesgo. Entre lo abandonada que está y que no hay ni una sola farola, cualquier día nos pasa una desgracia", advierte. Si bien es cierto, admiten que periódicamente se ve "alguna patrulla" de la Policía Local.

También los vecinos de las torres de García Barbón sufren el problema. El primer tramo del callejón que está sin urbanizar es en pendiente, lo que causa problemas los días de mal tiempo. "Cuando llueve los corrimientos de tierra son constantes y quedan las alcantarillas atascadas", explica Jesús Manuel Domínguez, presidente de la comunidad del número, 64. "Lo deseable para todos es que se reparase o humanizase de una vez toda esta zona céntrica y abandonada, algo que nos parece inaudito en una ciudad tan importante", arguye.