Luis Olaso, natural de Bilbao, ha sido el primer artista elegido por el Concello para llevar a cabo la recreación, en la medianera del número 2 de Príncipe, de la obra Fiestra de Lugrís. Fiestra El pintor de 28 años, fundador hace ocho de la empresa Arte y Muralismo, especializada en la pintura de murales en grandes superficies, también elabora cuadros pertenecientes a una obra personal con un marcado estilo abstracto.

-¿Cuáles son las características de sus murales?

-Los murales son obras situadas en la calle, por lo que ha de ser una pintura que tiene que llegar y ser entendida por todo tipo de público. Normalmente, el motivo del mural se adapta al municipio en el que se realiza. Suelen ser figuras históricas, espacios de la ciudad o paisajes.

-¿Se pueden inscribir los murales en el mundo del grafiti?

-No, no tiene nada que ver. El grafiti se asocia habitualmente al uso del espray, que únicamente es su herramienta. Es un tipo de pintura como otro cualquiera, que se caracteriza por ser un poco más vandálica y por letras y dibujos reivindicativos. Lo que hacemos nosotros es totalmente diferente. Plasmamos en un lienzo gigante una pintura clásica o un paisaje.

-¿Qué materiales se utilizan en la representación del cuadro de Lugrís?

-En este caso, ya que pintamos en una lona y no directamente sobre la pared, se usan aerosoles. Se trata de una pintura poco densa que respeta los pequeños poros de esta superficie, evitando así problemas con el viento. Además, el aerosol favorece mucho más el difuminado que cualquier material que requiera pincel.

-¿Qué aspectos destaca de la obra del artista vigués?

-No es el estilo de obra que hago yo, pero lo considero como un pintor surrealista y hay muchas características del surrealismo que me gustan. Acostumbran a ser cuadros de temática clásica con una gran combinación de colores y relación con lo onírico. En el caso de Lugrís, sus creaciones están muy definidas y marcadas, por lo que es fácil identificar su estilo.

-¿Siente presión al recrear un lienzo de un artista de tal calibre?

-No supone especial presión porque el objetivo no es hacer una réplica exacta. El formato es diferente y haremos una aproximación fiel pero con cierta libertad.

-¿Qué es lo más complicado del proceso de adaptación de la obra al nuevo formato?

-El paso a la nueva escala es algo ya mecánico. La dificultad radica en el aspecto pictórico. No es fácil conseguir que lo que funciona pintado en el tamaño original, lo siga haciendo con las nuevas medidas. Es necesario lograr la misma sensación que atrae al público en un principio.

-Está habituado a trabajar en lugares al aire libre... ¿qué opina de los espacios urbanos destinados a estos fines artísticos?

-Me parece una maravillosa solución urbanística, puesto que medianeras deterioradas hay en todas las localidades. La relación entre coste e impacto visual es inmejorable, ya que se pasa de tener una zona descuidada, a crear un punto de interés en la ciudad.

-¿Cómo cree que será la acogida de los vigueses una vez que la pintura esté finalizada?

-Yo espero que el resultado final guste, ya que en base a la experiencia de trabajos realizados en otras ciudades, la respuesta de la gente siempre es satisfactoria. En mi opinión, supone un feedback instantáneo con el público.