La autopista del mar entre Gijón y Nantes-Saint Nazaire se aproxima al precipicio a medida que se acerca por un lado el fin de las ayudas públicas a la naviera que la explota, y por otro la puesta en marcha del corredor marítimo entre Vigo y el mismo puerto de la breaña francesa. La naviera LD Lines, que explota las rutas de El Musel, se pronunció ayer por primera vez desde que saltase la noticia de su intención de cerrar el servicio, y lo hizo para dejar patente, a un mes de que venzan las subvenciones y poco después empiece a funcionar la autopista viguesa, que el proyecto gijonés es inviable. "Desgraciadamente no es rentable", señaló tajantemente Christophe Santoni, director general de la compañía, a France Info, un medio francés.

La misma publicación asegura también que la compañía ha rechazado una propuesta del Ministerio galo de Transportes para salvar la conexión marítima porque "no cubriría suficientemente el déficit". Así, la naviera abandonaría El Musel el 18 de septiembre.

La naviera, que ha recibido 30 millones en subvenciones desde la puesta en marcha de la autopista del mar de Gijón en 2011, ha dado ya señales evidentes de su intención de dejar el servicio ante el inminente fin de las ayudas el mes próximo. El primer paso fue un "preaviso de cierre" de las rutas en julio, y actualmente ya informa a los usuarios de que no operará el ferry a Poole (Inglaterra) a partir del día 29. Tampoco continuará el servicio a Rosslare ((Irlanda) que la compañía realiza vía Nantes.

Prácticamente irreversible

Tras el inminente cierre de estas dos conexiones, la decisión de clausurar el servicio entre Asturias y Saint Nazaire (Nantes), el original de la autopista del mar, parece irreversible. "Hemos invertido mucho dinero en los últimos 18 meses, incluyendo sobre todo el lanzamiento de un segundo buque para crear la ruta España-Inglaterra y España-Francia-Irlanda. Pero todo ese conjunto no es rentable por desgracia", afirmó Christophe Santoni a la citada publicación gala.

Una falta de rentabilidad que no es compartida por la Autoridad Portuaria de Gijón. De hecho, Rosa Aza, su presidenta, destacó recientemente que "el nivel de ocupación" en las conexiones marítimas desde El Musel "es excelente, de más del 70 por ciento en la línea de Nantes y nada despreciable en el caso de Poole (Inglaterra)". Aún así, todo indica que el puerto gijonés deberá trabajar en buscar un sustituto a LD Lines, filial del armador Louis Dreyfus, si no quiere que la autopista del mar desaparezca. La propia Aza, en declaraciones realizadas la semana pasada, apostó por ser más competitivos y negociar con nuevas navieras la apertura y diversificación de rutas, reduciendo costes de escala.

Más allá del debate sobre la rentabilidad de las líneas marítimas y de la afirmación de LD Lines de que invirtieron "mucho dinero" en ellas, lo cierto es que su decisión de abandonar el servicio coincide con el fin de la percepción de las subvenciones otorgadas por Europa, España y Francia para el lanzamiento de la autopista del mar.

Igualmente esta marcha de El Musel está aparejada al próximo inicio de las operaciones de la autopista del mar de Vigo, previsiblemente en octubre, a cargo de la naviera Suardíaz. Esta ya dispone de los derechos de explotación de la adjudicataria original. Acciona Trasmediterránea, y cuenta con la autorización de Bruselas, que aportará tres millones con cargo a fondos del programa Marco Polo II. El proyecto de Suardíaz destina dos buques al corredor con cuatro frecuencias semanales de ida y vuelta.

En círculos políticos y empresariales asturianos se da por hecho que LD Lines abandonará definitivamente el puerto de Gijón en caso de que no se prorroguen las subvenciones. La naviera se enfrenta a otro problema importante, dado que Bruselas reclama la mitad de las ayudas concedidas al considerar que la compañía derivó las de carga y camiones a turismos y pasajeros.