La terminal viguesa fue seleccionada por el Gobierno central el pasado marzo como uno de los seis puertos españoles con capacidad para atender emergencias de salud pública como la hipotética llegada a tierra de pacientes con ébola. De hecho, los mismos protocolos que deberían activarse en ese caso se pusieron en práctica durante el simulacro que el puerto acogió el pasado 21 de mayo.

Más de cien efectivos de las administraciones central y gallega, así como de las fuerzas y cuerpos de seguridad y de medios e instituciones sanitarias participaron en un operativo diseñado para dar respuesta a dos riesgos potenciales de tipo radioactivo y biológico.

El Contramaestre Casado, de la Armada española, atracó en el puerto vigués con varios pasajeros afectados por una enfermedad contagiosa como el ébola que exigió poner en marcha protocolos de actuación para su traslado y la correspondiente protección sanitaria del personal que los acompañaba como los utilizados durante la evacuación de Miguel Pajares, el sacerdote español repatriado desde Liberia que no pudo resistir los devastadores efectos de la enfermedad y acabó falleciendo en el hospital madrileño Carlos III.