La tradición popular del comercio en Vigo, implica hablar del histórico mercadillo de "A Bouza". La feria creada en 1990, ubicada en sus orígenes en la avenida de Castelao, congrega cada miércoles en el parque de A Bouza, a más de 200 puestos de venta de todo tipo de productos: textil, calzado, alimentación, bisutería y herramientas, entre otros. "Vivo en la zona desde hace 14 años, y vengo siempre, ya que es una tradición de toda la vida", explica María José Barbosa, vecina de A Bouza.

Los vigueses, conocedores de su popularidad, acuden al barrio de Coia cada semana, con el fin de encontrar artículos con una buena relación entre calidad y precio. "Normalmente se realizan compras mucho más baratas que en las tiendas convencionales. Además, los numerosos tenderetes ofrecen una amplia variedad", afirma Teresa Martínez, cliente habitual de los mercadillos de Vigo. Por su parte, María José, destaca que "si eres un comprador asiduo, se pueden encontrar verdaderas gangas. Aparte, se pasa un rato agradable y se conocen las tendencias de actualidad".

Estos acontecimientos periódicos de compras a precios asequibles, no serían posibles sin la participación de los comerciantes, que llevan una vida dedicada completamente a la venta ambulante. Su jornada laboral comienza muy temprano y depende de las condiciones meteorológicas. "Me despierto todos los días a las cinco o seis de la mañana para montar el tenderete y esperar la mercancía. En el caso de que no se ponga nada a la venta, me vuelvo para casa", asegura Mireia Borja, propietaria de un puesto de ropa y calzado. Jonathan Gabarri, trabajador en un stand de vestimenta de mujer, hace hincapié en la importancia de tener controladas las existencias, ya que "hay que reponer constantemente las tallas". El éxito de venta está influido también por factores que se escapan del alcance de los feriantes, y es que si llueve, no compensa trabajar. "Las pérdidas en gasolina y en costes del mercadillo (algunas ferias implican pagos y otras no), son mayores al beneficio obtenido cuando hay mal tiempo, dado que la afluencia de público es mucho menor", añade Jonathan.

La iniciativa de las tiendas al aire libre tiene una gran acogida entre los ciudadanos, que demandan más eventos del estilo. "A mí me encantan. Llenan los parques de gente por las mañanas, por eso creo que se deberían fomentar más", explica Teresa. Belén Mesa, natural de Córdoba, resalta el "gran interés" que despiertan los mercadillos entre la gente, y asegura que en Andalucía son "habituales" día tras día.

Por otro lado, cabe decir que la instalación y la recogida del mercadillo conllevan una utilización del parque de A Bouza que, a veces, puede provocar desperfectos y molestias a los habitantes del entorno. En este sentido, Divina Martínez, residente en las inmediaciones de A Bouza, resalta la belleza del parque y los problemas ocasionados por la feria: "Las furgonetas pasan por encima del césped y destrozan lo que hay a su paso. Es una pena porque es un recinto precioso para que, tanto los más jóvenes como los mayores, puedan pasear", comenta Divina. Asimismo, Divina afirma que el ambiente creado por los tenderetes es "bueno", pero una vez que se termina la jornada, "hay que dejar el espacio en perfecto estado, sin restos de cajas y papeles".