El subdirector xeral transmite "absoluta tranquilidad" ante la improbable" aparición de un caso de ébola en Galicia, ya que se dispone de la infraestructura asistencial y de salud pública "más que suficiente y preparada" para afrontarla.

-La conselleira asegura que las posibilidades de un caso aquí son muy escasas.

-Sí, muy remotas. Es cierto que hay cierta alarma social porque es una enfermedad muy virulenta que carece de tratamiento y de vacuna, pero también lo es que los países donde se producen los brotes tienen una infraestructura asistencial y de salud pública preventiva deficiente. Aquí es harto, harto difícil que tengamos problemas. España solo tiene vuelos directos a uno de los 4 países afectados, Nigeria, donde el brote ya está absolutamente controlado. Lo cual no quiere decir que no estemos absolutamente preparados, como todos los países occidentales, ante la posibilidad de que llegue algún caso. Por otro lado, la enfermedad es difícilmente transmisible, no pasa lo mismo que con otras fiebres hemorrágicas como el dengue o la fiebre amarilla. Tiene que haber un contacto muy cercano con secreciones de enfermos o de un cadáver.

-La Xunta está a punto de cerrar un protocolo, ¿qué va a definir este documento?"

-Está a punto de salir y lo que va a hacer es adaptar a nuestra propia infraestructura los protocolos que ya tienen el ministerio y los centros de control de enfermedades de Europa y EE UU para planificar una respuesta frente a un posible caso y determinar cómo se debe proteger el personal sanitario.

-¿Será necesario adquirir algún equipamiento o formar a personal sanitario?

-Los protocolos definen qué tiene que hacer cada persona que está en contacto con un caso sospechoso o confirmado. La clave es que estamos preparados frente a un hipotético riesgo que es estimablemente bajo para la población en general. Decir nulo en biología es muy complicado, pero realmente es ínfimo y el personal sanitario estará absolutamente preparado y dispondrá de los medios necesarios que, por otro lado, no son excepcionales ni de los que no se disponga ahora, sino los que ya se utilizan en el ámbito de las enfermedades infecciosas: guantes, mascarillas, batas, etcétera.

-El sistema está, por tanto, preparado para adoptar el protocolo en cuanto esté listo.

-Perfectamente. No va a necesitar seguro ninguna inversión extra, sino simplemente organización, que es la clave de estas actuaciones para que todo el mundo sepa qué hay que hacer y no haya errores.

-Mientras tanto, ¿la referencia son las medidas del ministerio?

-Efectivamente. El protocolo estará listo mañana [por hoy] o pasado pero no tendrá nada especial excepto que al referirse a un área geográfica determinada establecerá quién tendrá que tomar determinadas decisiones, etcétera.

-El ministerio fija el aislamiento estricto y unidades de alta seguridad, ¿cuentan los hospitales gallegos con estas dotaciones?

-Ésta no deja de ser una infección vírica como otras muchas infecciones con riesgo de transmisión como la tuberculosis y que suponen un riesgo para el personal sanitario. En este aspecto no difiere en nada. Los protocolos organizan y definen los comportamientos de cada uno de los actores que intervienen en el tratamiento del paciente o que tienen contacto con él o con su ropa, por ejemplo. El virus del ébola no tiene ninguna resistencia especial a tratamientos habituales, la simple lejía es perfectamente efectiva para la desinfección. Los pacientes no van a precisar ningún tratamiento de desinfectantes, de ropa o de métodos de manejo que no se utilicen ya con otras enfermedades infecciosas. Es un problema de aislamiento físico y de evitar el contacto con secreciones del paciente. Se trata de una actividad muy estandarizada que no va a sorprender al personal de ningún centro sanitario porque ya las realiza habitualmente.

-¿El protocolo tendrá un periodo de vigencia o se mantendrá de forma indefinida?

-Cualquier protocolo de protección siempre es un documento vivo y está vigente hasta que aparece una nueva evidencia que hace recomendable cambiar la forma de actuación o, en el caso del ébola, si se desarrollase una vacuna, por ejemplo.

-¿Se incluirán aspectos sobre la llegada de personas que podrían estar infectadas en avión o por mar?

-El control de inmigración y fronteras desde el punto de vista sanitario es competencia del ministerio a través de Sanidad Exterior, que ya establece los correspondientes filtros. Es muy importante que la gente sepa que el ébola solo se transmite durante el periodo sintomático y que no llega con un contacto cercano sino que debe haber, por ejemplo, una exposición de mucosas a las secreciones del infectado. Con la excepción, como ya se ha descrito, en las semanas posteriores a la curación si hay relaciones sexuales. Incluso la exploración por parte de un médico no se considera que suponga un riesgo elevado.

-¿Ante qué circunstancias debe considerar un facultativo la posible existencia del virus?

-Además de fiebre y algunos síntomas más, hay que tener constancia de que la persona ha estado en contacto con un enfermo. Tiene que ser un tema muy definido y es muy improbable que lo lleguemos a tener en Galicia. Pero si ocurre se abordará de forma rigurosa y la respuesta será efectiva y adecuada a un país occidental. Lo comparo con los terremotos que ocurren en San Francisco o Japón, exceptuando el tsunami, y que causan menos daños que otros de menor intensidad en la escala Richter pero que provocan grandes catástrofes en zonas como Centroamérica porque se unen factores de riesgo y una infraestructura no adecuada.

-¿Han contactado con otras comunidades para elaborar las medidas de actuación?

-La comisión de salud pública que dirige el ministerio se ha reunido cada semana desde que surgió esta crisis y es este órgano el que marca las pautas. Los protocolos de cada comunidad tendrán variaciones, pero las medidas generales serán iguales porque no hay más que hacer que garantizar el aislamiento del enfermo respecto a las personas cercanas. Si surge algún caso en Galicia todo funcionará rodado y todo el mundo sabrá lo que tiene que hacer: el 061, la parte asistencial y los responsables de salud pública. Y lo haremos con normalidad a igual que en otras situaciones de riesgo como la de las "vacas locas" o la gripe A, mucho más transmisible que el ébola.