La ampliación de Rande y el desdoblamiento del Corredor do Morrazo para convertirlo en autovía son dos caras de la misma moneda: la creación de un eje continuo que resuelva de una vez por todas los problemas derivados del intenso tráfico entre las dos orillas de la ría. Y sin embargo ambos proyectos caminan a ritmos distintos. O más bien la mejora de la capacidad del puente camina a velocidad de crucero, mientras que el ensanchamiento de la arteria de conexión con Moaña, Cangas y Bueu está prácticamente en punto muerto desde hace tiempo. La obra resulta clave para garantizar la fluidez circulatoria cuando el viaducto cuente con un carril más por sentido, previsiblemente en el primer semestre de 2017.

Fomento promueve la ampliación del puente, que sacó a licitación a finales de mayo por 174,1 millones de euros, incluyendo tanto el desdoblamiento como el ensanchamiento de los enlaces de Teis y Moaña. La Xunta es la encargada de la obra de la autovía, que ha postergado sucesivamente en los últimos años y de la que solo ha licitado la redacción de los proyectos para desdoblar los 11 kilómetros entre Rande y la salida a Cangas. En medio, un concurso fallido para construirla mediante una fórmula de colaboración público-privada. La Consellería de Infraestructuras rechazó la oferta de la alianza de empresas que se presentó por modificar sustancialmente el trazado. La convocatoria quedó desierta.

El departamento aplicó en 2010 un recorte de 620 millones a su Plan Move de mejora de las comunicaciones de Galicia. Mantuvo el Corredor, obra que para el entonces conselleiro y ahora alcalde de Santiago, Agustín Hernández, era irrenunciable. Antes de que finalizase la legislatura, en 2013, estaría concluida la autovía según su estimación. Cuatro años después no se ha licitado la obra ni tiene fecha.

Y ello a pesar de que la práctica totalidad de los terrenos necesarios para construirla están expropiados, lo que agilizaría enormemente los trámites. El proceso se realizó dentro del proyecto del Corredor, ya que se tuvo en cuenta la necesidad futura ante la intensidad media del tráfico entre O Morrazo y Rande, con una media de 15.600 vehículos diarios y picos de 22.000 en verano.

El vial fue inaugurado en 2005 y, aunque mejoró notablemente la circulación de la comarca, siempre se consideró una obra incompleta. Los once accidentes mortales ocurridos desde entonces provocaron una fuerte presión ciudadana para convertirlo en autovía y mejorar su seguridad. Colocar balizas, señalización y cabinas de radar fueron las medidas adoptadas. El proceso para el desdoblamiento casi no ha avanzado.

El tráfico en el puente está dando ya los primeros indicios de repunte después de seis años de caída. Los expertos llevan tiempo alertando de que el descenso es pasajero y se alcanzarán nuevos máximos históricos en el futuro, cuando mejore la situación económica. El concurso para ampliarlo está en marcha y se han presentado las grandes constructoras del país. En 2017, si el Corredor sigue sin fecha, puede darse la circunstancia de que el viaducto tenga la capacidad para canalizar sin agobios el flujo de vehículos que lo atraviesa en horas punta, pero el Corredor solo disponga de un carril por sentido como ahora. El embudo parece asegurado e medio plazo.