El Concello recurre cada vez más a las imágenes de la ciudad a vista de pájaro como instrumento de control ante su utilidad en diferentes áreas. La Gerencia de Urbanismo las usa con frecuencia en los expedientes de infracción por construcciones o ampliaciones de viviendas sin licencia. Y también se emplean en el área de tributos. El último padrón del IBI, aprobado la semana pasada, demuestra la eficacia de esta herramienta El censo del impuesto, que reporta al Ayuntamiento un 30% de sus ingresos anuales, ha crecido en 554 propiedades, y la gran mayoría de las altas, según señalan fuentes del departamento de Hacienda, se corresponden a bienes detectados a través de fotografías aéreas. Las nuevas inscripciones han provocado que, por primera vez, el valor catastral del conjunto de bienes que tributan en Vigo supere la barrera de los 8.000 millones de euros.

"[El incremento] se debe al trabajo de comparación de la cartografía catastral con fotografías, y a partir de ahí se requiere a los interesados el alta", explican fuentes de la concejalía. El gobierno local congeló en 2014 la parte municipal del recibo de la Contribución, pero estas nuevas inscripciones a raíz del uso de imágenes aéreas han hecho que la recaudación fijada en el padrón alcance un nuevo récord al pasar de 63,28 millones a 63,76 (un 0,75% más). El número de propiedades del censo asciende a 211.170 entre las del IBI y las del impuesto de características especiales (BICE), aunque estas últimas -en las que entran los espacios portuarios y aeroportuarios, el embalse de Zamáns y tramos de autopistas- representan una parte mínima (749).

El IBI reporta a la hacienda municipal 61,5 millones mientras que el BICE agrega otros 2,23. Las cifras se corresponden prácticamente al 100% con las estimaciones del presupuesto municipal.

El uso de fotos aéreas contra el fraude en la obligación de pagar la Contribución está extendida en numerosos ayuntamientos de toda España y también el Ministerio de Hacienda las utiliza, en muchos casos impulsando convenios con los municipios. Dentro de las edificaciones detectadas tras cotejar las imágenes con la cartografía catastral figuran desde nuevas construcciones que no estaban dadas de alta en el Catastro hasta ampliaciones de viviendas o elementos como piscinas, garajes y galpones, instalaciones que repercuten en la cuota a pagar.

La inspección urbanística también hace uso de las imágenes aéreas, no solo de fecha reciente sino también de años atrás para detectar la evolución de obras que carecen de licencia, muchas de ellas con orden de paralización. Estas fotografías se emplean con frecuencia como prueba cuando los casos acaban en los tribunales al recurrir los propietarios resoluciones de derribo.

El IBI es el tributo que más dinero aporta al presupuesto del Concello e incluso supera ligeramente, tras el incremento del canon aplicado por el gobierno central en 2012 y el progresivo crecimiento del censo del gravamen, a las transferencias que recibe el Ayuntamiento del Estado. Hace dos años el padrón de la Contribución sobrepasó por primera vez los 60 millones, y en 2013, con la actualización del IPC en el 2,1% y las altas, se situó en 62,3 millones.

Las inspecciones han tenido mucho que ver en el espectacular incremento de las inscripciones registrado en los últimos años. Entre 2007 y 2013 se produjo un salto de 20.000 altas, conjunto que incluye tanto las viviendas de nueva construcción como las detectadas mediante el control municipal. La recaudación creció un 39% en ese intervalo. No todas las propiedades, por otra parte, están obligadas a tributar. El último padrón incluye 3.827 exentas -la gran mayoría por estar gravadas con una cuota líquida inferior a siete euros- y otras 1.383 que entran dentro del supuesto de "no sujetos", en el que se incluyen carreteras, caminos o bienes afectos a uso público, entre otros.